“Las condiciones de los últimos años apuntan una tendencia a la formación de danas potencialmente cada vez más adversas”, explica Samuel Biener, climatólogo de Meteored. ¿Pueden repetirse sucesos catastróficos como los del año pasado en Valencia? “Hay un mayor potencial para que se produzca un gran evento de lluvias torrenciales en la cuenca Mediterránea y este año no es la excepción”, sentencia este experto.
“El caldo de cultivo de todo esto es esta atmósfera más cálida y un mar también más cálido, lo cual hace que tengamos gasolina de primera para que las tormentas que se gesten en situación de inestabilidad puedan ser muy intensas”, añade este climatólogo.
Los expertos no se atreven a pronosticar dónde pudieran darse estos episodios, pues son fenómenos que se pueden anticipar con poca antelación; pero en un área geográfica como la del Mediterráneo, con 2.000.000 km2 puede producirse un episodio de este tipo. Es imposible determinar dónde va a caer un aguacero de grab intensidad hasta pocos días antes.
Un mar en ebullición estos años
El problema de origen se relaciona con el hecho de que el Mediterráneo se encuentra con anomalías cálidas bastante significativas. “Es verdad que este año 2025 la temperatura en esta época del año no es tan elevada como en 2024, pero llama la atención y es preocupante” la cadena de récords acumulados. En los años 2022, 2023, 2024 y 2025 la temperatura del agua en este mar ha alcanzado sus valores más altos. “Y esto significa que hay un potencial mayor de que se generen precipitaciones extremas”, aunque Biener admite que no se sabe dónde puedenn darse.
Pueden ser lluvias no tan extremas como las de Valencia el año pasado (“las cuales tardarán años en repetirse”) pero no se pueden descartar nuevos episodios relevantes.
Este experto precisó que las altas temperaturas del agua en verano se vienen asociando los últimos años a lluvias catastróficas en otoño. “Pero un Mediterráneo cálido no es sinónimo de danas o lluvias catastróficas”, explica.
Un mar caliente por sí solo no genera precipitaciones extremas; ese es el combustible; pero la mecha es el descuelgue de un embolsamiento de aire frío, ya sea una vaguada o de una dana (o gota fría).
El combustible y la mecha
Tanto Francisco Martín, físico de Meteored, como José Miguel Viñas, meteorólogo, han explicado en una sesión informativa que las danas no son necesariamente causa de lluvias torrenciales; y de hecho, muchas de ellas pasan inadvertidas, y sus impactos varían según la época del año.
Sin embargo, en otoño es cuando se dan los ingredientes para que generr situaciones que pueden ser localmente extremas y con consecuencias catastróficas.
“No todas las danas dejan lluvias torrenciales,y no todas las lluvias torrenciales están provocadas por danna”, recalca Biener.
De hecho, la tragedia del camping de las Nieves de Biescas fue causada por una gran tormenta que creció en el borde delantero de una vaguada. Reventones húmedos con rachas de más de 100 km/h han causado daños los últimos días en el Mediterráneo, sin presencia de dana.
La atmósfera cálida y un mar cálidos componen el coctel temido: “la gasolina de primera”.
De hecho, el verano ya ha dado alguna señales de alarma de lo que puede venir los próximos meses, pues el calor extremo y las altas temperatura persistentes no han impedido que también hubiera tormentas muy intensas, con efectos graves (como las granizadas catastróficas a mediados de julio) en zonas del noreste. “Vemos los últimos años que tenemos episodios de granizo extremo y es una tendencia de los últimos años. Hay tormentas más virulentas por ese aire muy cálido y húmedo de un Mediterráneo que sufre un proceso de tropicalización”.
Predicción para otoño
Mientras tanto, Meteored pronostica que los primeros mapas para otoño muestran inestabilidad en octubre y noviembre para la vertiente mediterránea.
Para las próximas semanas -en lo que queda de septiembre- las precipitaciones van a estar por debajo de la media en toda España; solo el norte (Cantabria, Galicia, Pirineos, Catalunya y Baleares) podría estar por encima de la media.
Para octubre podrá darse un período inestable y húmedo a orillas del Mediterráneo, aunque esto no quiere decir que vaya a haber un gran episodio como el del 2024. En cambio, en zonas del oeste peninsular se observan precipitaciones por debajo del promedio de esta época.
Y eso anticipa lo que puede pasar más adelante: “Si tenemos una tendencia húmeda en el este y una tendencia húmeda en el oeste, eso puede dar lugar a un chorro polar ondulado y la presencia de anticiclones de bloqueo en latitudes altas, que impedirán el paso de borrascas atlánticas” hacia nuestras latitudes de España.
Dependiendo de dónde se ubique, más al sur o más al norte, se podría facilitar el descuelgue de ondas de aire frío o de alguna dana en el Mediterráneo, lo que “cuadra con esa tendencia” de la temperatura alta del agua del mar. “El escenario más probable muestra que esas borrascas de bloqueo se concentrarían entre el norte de la Península y las Islas Británicas”: ubicación que podría “facilitar” el aludido “descuelgue” de danas y vaguadas en el Mediterráneo.
“Lo que más preocupa es la temperatura más alta del mar en estos cuatro años; no es el ingrediente determinante, pero sí añade un plus de energía, que antes no se daban”, remacha Samuel Biener, quien, junto a otros meteorólogos de Meteored, ha analizado el fenómeno de las danas, su evolución, riesgos e impactos previstos para los próximos mes
En cuanto a que las lluvias puedan ser especialmente catastróficas, el meteorólogo remarcó que “algo como la dana de octubre de 2024 tardará en repetirse, pero estamos viendo que los fenómenos extremos se van volviendo más frecuentes”.
Veranillo
Los meteorólogos dibujaron una previsión meteorológica de las próximas semanas, e indicaron que todo parece apuntar que septiembre vivirá “un veranillo”, con tiempo “estable y cálido”, “con temperaturas por encima de la media y precipitaciones escasas”.
Los mayores riesgos de las danas
Durante la pesentación, el físico y meteorólogo José Miguel Viñas habló sobre qué es una dana y cuándo son más peligrosas, así como de la influencia del calentamiento global. “Es normal que se formen danas en nuestro planeta, por su configuración”, aunque hay veces que se “descuelgan” al sur.
Las danas (depresión aislada en niveles altos de la atmósfera) son zonas de aire frío en altura que no se manifiestan inicialmente en superficie.
”El mayor riesgo es cuando esas danas se sitúan en sureste de la península” y coinciden con “flujos de vientos de levante fríos”, se sitúan sobre “sierras muy cercanas a la costa” y ante “un mar cálido”, “porque la cantidad de vapor disponible es el principal combustible de las danas”.
“La pantanada de Tous 1982 marcó un antes y un después en la sociedad española, pues de previsiones de papel pasamos a una revolución humana y técnica. Con nuevos modelos numéricos, red de radares, imágenes de satélites y el germen de Meteoalarm del Instituto Nacional de Meteorología”, dijo Francisco Martín, también físico y meteorólogo.
Este experto señaló que “se están viendo algunos resultados” en cómo transmitir la información ante una catástrofe, a raíz de la dana de 2024. “Tenemos que aprender de estas situaciones, mejorar los sistemas de alerta temprana y que la transmisión de información a la población y a las autoridades sea lo más rápida posible”.
