Un total de 239 ayuntamientos catalanes, obligados por la normativa autonómica, no tienen vigente el correspondiente plan municipal para dar respuesta a los riesgos de inundación. En Catalunya, un total de 521 municipios están obligados a dotarse de este documento de planificación. Sin embargo, de esta suma 282 tienen el plan en regla (el 54%) mientras que el resto (45%) no lo tienen vigente y lo tienen que revisar (191) o nunca lo han hecho anteriormente (48). Sin embargo, a partir de las inundaciones provocadas por la dana en Valencia en octubre de 2024, se ha incrementado el ritmo en la presentación de los documentos.
Los municipios con un riesgo medio, alto o muy alto de sufrir inundaciones están obligados a disponer y actualizar cada cuatro años un plan local frente a estas posibles catástrofes, según exige la normativa en materia de Protección Civil (Inuncat). Sin embargo, hasta ahora, se ha dado un alto nivel de incumplimiento de estas exigencias.
Es llamativo que entre los municipios que tienen pendiente la revisión de este plan están algunos de los que han sufrido los últimos años fuertes tormentas en las comarcas del sur de Tarragona (Amposta, Mas de Barberans, la Sènia, la Galera, Sant Jaume d’Enveja…). Pero aún sorprende más el listado de los que nunca lo han elaborado (Badalona, Montcada, Tivissa, Sentmenat, la Bisbal del Penedès, Les Franqueses…).
“Todavía existe cierta dificultad para entender la importancia de estos planes, con los que se pueden salvar muchas vidas”, expone a este diario Sergio Delgado, subdirector de Programes de Protecció Civil.
Todavía existe cierta dificultad para entender la importancia de estos planes, con los que se pueden salvar muchas vidas
Estos planes municipales tienen como finalidad procurar que el riesgo de las inundaciones no se convierta en una amenaza real para los ciudadanos; y, en segundo lugar, para los casos en que se ha producido la inundación, establecer los mecanismos para cuidar las personas, atender a aquellos que han quedado sin domicilio, resolver los problemas de movilidad local o atender los servicios básicos.
Sergio Delgado recuerda que el municipio no tiene que hacer frente a todas las circunstancias catastróficas en solitario, sino “identificar los impactos, atender la situación con los recursos que pueda, y, si no puede hacerlo, pedir apoyo a la Generalitat”.
Atender a la población, trabajar en la restauración de servicios o restablecer las comunicaciones más básicas en el ámbito local son otras funciones encomendadas.
Queda en sus manos suspender las actividades en el medio natural o cerrar los accesos a los cauces de los ríos
A partir de la alerta del Inuncat, los ayuntamientos deben trasladar al municipio las decisiones preventivas sobre protección de la población, con lo cual queda en sus manos la posibilidad de suspender las actividades en el medio natural, cerrar los accesos a los cauces de los ríos o avisar sobre las evacuaciones preventivas en el ámbito más local. También pueden llevar a cabo actuaciones preventivas con un detalle más preciso del que está en condiciones de ofrecer la Generalitat.
Para el subdirector de Protecció Civil, los municipios deben hacer un seguimiento de las situaciones de riesgo y “llevar a cabo una coordinación interna” con los recursos que tengan a su alcance.
En el caso de los pequeños municipios esa es una tarea relativamente menor (movilizar los servicios de limpieza, brigadas…) pero cuando se trata de localidades de mayor tamaño “se requiere una mayor coordinación interna de los servicios”.
Inundaciones sistemáticas por el cambio climático y el clima mediterráneo
Fuentes del Departament d’Interior admiten su “preocupación” por el hecho de que el 45% de los municipios no hayan presentado estos planes, “dado el riesgo importante” que significa para Catalunya que las inundaciones “son sistemáticas”, y no solo “por el cambio climático sino por el clima mediterráneo”, lo cual supone “una debilidad del sistema” de protección.”
Además, tras la dana de Valencia el ritmo de revisión y aprobación de los planes, que homologa la Comisión de Protección Civil, se ha acelerado.
“En lo que va de año ya hemos visto el mismo número de planes que se aprobaban antes en un año”. Otro aspecto que incide son las dificultades administrativas o económicas que a veces tienen los ayuntamientos, que deben contratar la elaboración de estos planes, aunque pueden recibir ayudas de diversas instancias administrativas.
Cuando la gran avenida va a ocurrir
La acción de los ayuntamientos se puede ver apoyada con la información que proporcione la Generalitat. “No se trata de hacer de bomberos o de hacer salvamentos y rescates, sino de tomar decisiones cuando se tiene la certeza de que las inundaciones van a ocurrir. Son medidas como evitar acercarse a zonas inundables, limitar accesos o dar la alerta los vecinos que viven en zonas aisladas…”, añade Sergio Delgado, convencido de que gracias a estos planes contra las inundaciones se identifican los riesgos y se puede preparar una vigilancia atenta. Cada municipio de Catalunya tiene asignado un riesgo de inundación (con cinco niveles), con lo que se define el grado de exigencia en la presentación de estos planes. El riesgo se valora en función de si son zonas inundables o si acogen actividades vulnerables centros médicos. También se tiene en cuenta la especial orografía o los indicios históricos de inundabilidad.
