Muere Jane Goodall, la mujer que amaba a los chimpancés

Figura icónica

La primatóloga ha sido una de las voces más influyentes en la defensa de la vida salvaje

Muere Jane Goodall, la mujer que amaba a los chimpancés
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Las imágenes de Jane Jane Goodall observando chimpancés en la Tanzania de 1960

La científica y activista Jane Goodall, quien convirtió su amor por los primates en una lucha constante por la protección del medio ambiente, ha fallecido a los 91 años. La famosa primatóloga murió por causas naturales mientras dormía, en California, donde se encontraba durante su gira por los Estados Unidos. Los descubrimientos de la Goodall como etóloga revolucionaron la ciencia, y la catapultaron a la condición de incansable defensora del mundo natural.

Convertida en activa conservacionista, Goodall transformó su vida en un testimonio permanente en defensa de los chimpacés, gorilas y demás grandes primates amenazados por la deforestación, el comercio de carne salvaje, las guerras y el virus Ébola. 

Ante un auditorio perplejo en Barcelona

Y así se mostró cuando fue invitada en Barcelona hace unos años por Cosmocaixa, donde sostuvo que la recuperación de estas especies requiere el desarrollo socio-económico de África, el cambio cultural de las poblaciones y el impulso de un ecoturismo respetuoso.

Goodall explicó entonces -ante un auditorio perplejo por sabiduría de aquella mujer aparentemente frágil- los estragos que causa la fragmentación del bosque. Incluso las talas aparentemente más racionales obligan a construir carreteras para sacar la madera del interior del bosque, y “detrás de la carretera viene toda la destrucción ambiental”, decía. 

Pero el mayor daño -explicó- tal vez lo cause el comercio de carne salvaje de los grandes simios en el África ecuatorial. Frente a los animales criados en granjas, los nativos prefieren la caza de carne fresca, que se vende en la ciudad.

Las leyes prohíben el comercio de los grandes simios, pero ¿quién puede defender a un chimpancé enjaulado por más que acaricie la cara al curioso pidiendo piedad, cuando tiene al lado otro ejemplar descuartizado, abierto en canal, en un remoto mercado de Congo?, se interrogaba. 

“La caza es ilegal, pero se hace”, dijo Goodall antes de explicar los esfuerzos preventivos para recuperar los chimpancés en la reserva de Gombe (Tanzania). 

Su trabajo durante años ha sido implicar a la población autóctona, dedicar muchas horas a conocer sus necesidades (enfermerías, viveros para reforestar, recuperación de terrenos infértiles) y, sobre todo, trabajar con las mujeres

Su activismo le llevó desde un pueblo costero inglés hasta África en un esfuerzo permanente por comprender mejor a los chimpancés y el papel de los humanos.

Abrió el camino a otras mujeres

Goodall fue pionera en su campo, tanto como científica en la década de 1960 como por su trabajo en el estudio del comportamiento de los primates. Y abrió camino para que otras mujeres siguieran su ejemplo, incluyendo a la fallecida Dian Fossey. 

También atrajo la atención del público hacia la naturaleza, al colaborar con la National Geographic Society para acercar a sus chimpancés al gran público a través del cine, la televisión y las revistas.

conferencia

Sus últimos años los dedicó a dar conferencias

Fundación Jane Goodall

Rompió las normas científicas de la época, dio nombres a los chimpancés en lugar de números, observó sus personalidades distintivas y también descubrió que, al igual que los humanos, ellos también utilizan herramientas.

“Hemos descubierto que, después de todo, no existe una línea divisoria clara entre los humanos y el resto del reino animal”, declaró en 2002.

A este hallazgo le siguieron muchos otros durante su investigación de los chimpancés salvajes, como la existencia de fuertes lazos materno-infantiles, el consumo de carne y la caza, la guerra primitiva, o el altruismo y la compasión.

A medida que su carrera evolucionó, amplió el foco hasta centrarlo en la defensa del clima tras presenciar la devastación generalizada del hábitat, e instó al mundo a tomar medidas rápidas y urgentes contra el cambio climático.

“Nos olvidamos de que formamos parte del mundo natural”, declaró a CNN en 2020. “Todavía hay tiempo”.

En 2003, fue nombrada Dama del Imperio Británico y, en 2025, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos.

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Marta Montojo / Efe
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Rumbo a Kenia

Descubrió que los chimpancés libraban guerras y fabricaban herramientas para comer termitas

Nacida en Londres el 3 de abril de 1934 y criada en Bournemouth, en la costa sur de Inglaterra, siempre había soñado con vivir entre animales salvajes. Esta pasión, avivada por el regalo de su padre de un gorila de peluche, creció a medida que se sumergía en libros como “Tarzán” y “El Dr. Dolittle”.

Dejó sus sueños de lado tras terminar la escuela, y al no poder costear la universidad, trabajó como secretaria antes de que una amiga la invitara a visitar Kenia, lo que le permitió conocer la selva y a sus habitantes.

Tras ahorrar dinero para el viaje, Goodall llegó en barco a lo que hoy es Tanzania en 1957. Allí, un encuentro con el famoso antropólogo y paleontólogo Dr. Louis Leakey y su esposa, la arqueóloga Mary Leakey, la encaminó hacia el trabajo con primates.

Bajo la dirección de Leakey, Goodall fundó la Reserva de Chimpancés del Arroyo de Gombe, posteriormente rebautizada como centro de investigación.

Fue allí descubrió que los chimpancés comían carne, libraban guerras feroces y, quizás lo más importante, fabricaban herramientas para comer termitas. “Ahora debemos redefinir la herramienta, redefinir al hombre o aceptar a los chimpancés como humanos”, dijo Leakey sobre el descubrimiento.

Aunque finalmente interrumpió su investigación para obtener un doctorado en la Universidad de Cambridge, Goodall permaneció en la selva durante años. Su primer marido y colaborador frecuente fue el camarógrafo y naturalista Hugo van Lawick.

Jane Goodall ha estudiado durante más de sesenta años las interacciones sociales de los chimpancés salvajes

Jane Goodall estudió durante más de sesenta años las interacciones sociales de los chimpancés salvajes

El gran salto

Sin embargo, casi treinta años después de su llegada a África, Goodall se dio cuenta de que no podía apoyar ni proteger a los chimpancés sin abordar la grave desaparición de su hábitat. Comprendió que tendría que mirar más allá de Gombe, abandonar la selva y asumir un papel global más importante como conservacionista.

En 1977, fundó el Instituto Jane Goodall, una organización sin fines de lucro destinada a apoyar la investigación en Gombe, así como los esfuerzos de conservación y desarrollo en toda África. Desde entonces, su trabajo se expandió a nivel mundial con múltiples iniciativas para abordar la educación ambiental, la salud y la defensa de los derechos.

Se forjó una nueva reputación, viajó un promedio de 300 días al año para reunirse con funcionarios locales en países de todo el mundo y habló con grupos comunitarios y escolares. Y continuó sus giras mundiales hasta bien entrados los 90 años.

En 1991 fundó Raíces & Brotes, un programa de educación ambiental que guía a jóvenes en más de 65 países de todo el mundo y a través de cuyos programas se llevan a cabo proyectos dirigidos a mejorar la vida de las comunidades, los animales y el medio ambiente.

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Sus investigaciones llegaron al gran público

Otras Fuentes

”No deja de sorprenderme que exista una persona que viaja por todo el mundo y hace todas estas cosas”, declaró al New York Times durante un viaje a Burundi y de regreso a Gombe en 2014. “Y soy yo. No me parece en absoluto”.

Autora prolífica, publicó más de 30 libros con sus observaciones, incluyendo su éxito de ventas de 1999 Reason For Hope: A Spiritual Journey, así como una docena de libros dirigidos a niños.

Goodall afirmó que nunca dudó de la resiliencia del planeta ni de la capacidad humana para superar los desafíos ambientales.

“Sí, hay esperanza... Está en nuestras manos, en las suyas, en las mías y en las de nuestros hijos. Realmente depende de nosotros”, dijo en 2002, instando a la gente a “dejar la menor huella ecológica posible”.

Tuvo un hijo, conocido como 'Grub', con van Lawick, de quien se divorció en 1974. Van Lawick falleció en 2002.

En 1975, se casó con Derek Bryceson, quien falleció en 1980.

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En 1977, fundó el Instituto Jane Goodall

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