Un equipo internacional de investigadores ha descubierto el ADN microbiano más antiguo jamás recuperado en un animal; y lo ha hecho a partir de los restos de un mamut con más de un millón de años. La investigación paleogenética, publicada en la revista Cell, ofrece ahora nuevas claves sobre la relación entre microbios y especies extintas de nuestra especie. Con ello, estamos un paso más cerca de descubrir los misterios del mundo.
“Imagina sostener un diente de mamut de un millón de años. ¿Y si te dijera que aún conserva rastros de los antiguos microbios que convivieron con él?”, plantea Benjamin Guinet, investigador postdorctoral del Centro de Paleogenética y autor principal del estudio, en un artículo de la Universidad de Estocolmo. “Nuestros resultados retrotraen el estudio del ADN microbiano, abriendo nuevas posibilidades para explorar cómo los microbios evolucionaron en paralelo a sus hospedadores”.
Descubren el ADN microbiano más antiguo
Todo a partir de un mamut de 1,1 millones de años
En concreto, el equipo ha analizado el ADN microbiano de 483 restos de mamut, “incluidas 440 muestras recientemente secuenciadas e inéditas de un mamut estepario de 1,1 millones de años”, según explica el propio informe. Todo ello, partiendo de la base de que los estudios genómicos antiguos han explorado extensamente las interacciones entre microbios y humanos, pero la investigación en animales es mucho más limitada. Esto abre un amplio abanico de posibilidades.
Ahora bien, ¿cuál es el origen de estos microbios? “Si bien la mayoría eran colonizadores ambientales o post mortem, recuperamos evidencia genómica de seis clados microbianos asociados al huésped, que abarcan Actinobacillus, Pasteurella, Streptococcus y Erysipelothrix”. Algunos de ellos contenían incluso “supuestos factores de virulencia”, incluida una bacteria previamente vinculada a la muerte de elefantes africanos.
Nuevas puertas para el estudio de la evolución
La correlación entre microbios y animales
“Dada la rápida evolución de los microbios, obtener datos fiables de ADN a lo largo de más de un millón de años fue como seguir un rastro que se reescribía constantemente”, añade Tom van der Valk, también autor principal e investigador del mismo centro. “Nuestros hallazgos demuestran que los restos antiguos pueden preservar información biológica mucho más allá del genoma del huésped”.
Aunque parezca algo muy pequeño, lo cierto es que este descubrimiento ofrece una valiosa información sobre los procesos evolutivos. En palabras de van der Valk, abre la puerta a nuevas “perspectivas sobre cómo los microbios influyeron en la adaptación, las enfermedades y la extinción en los ecosistemas del Pleistoceno”.
De esta forma, nos adentramos en un terreno desconocido, donde la historia se reinventa en base a los avances científicos. “Este trabajo abre un nuevo capítulo en la comprensión de la biología de las especies extintas”, puntualiza Love Dalén, profesor de Genómica Evolutiva, para el mismo artículo de la Universidad de Estocolmo. ¿Qué significa esto? Los mamuts lanudos se extinguieron en la isla de Wrangel hace unos 4.000 años. Ahora, la ciencia plantea las siguientes preguntas para entender cómo vivieron y cómo se relacionaron con su entorno.


