El consumo de carbón alcanzó el año pasado un récord mundial, a pesar de los avances en la implantación de las energías limpias, lo que pone en peligro los intentos mundiales de frenar el calentamiento global.
La proporción de carbón en la generación de electricidad está disminuyendo a medida que las energías renovables avanzaban. Sin embargo, el aumento general de la demanda de energía implica un mayor uso de carbón en general, según el informe anual sobre el Estado de la Acción Climática, publicado este miércoles.
Las paradojas del carbón
El carbón causa dos tercios de las emisiones de energía, por lo que es absolutamente fundamental reducirlo. La energía a partir del carbón ha disminuido ligeramente en relació a la generación eléctrica mundial al pasar del 37% en 2019 al 34% e en 2024, pero “está en un máximo histórico en términos absolutos debido a una mayor demanda general de electricidad”.
El aumento del uso del carbón encierra una paradoja. Las olas de calor abrasadoras en China e India también dispararon la demanda de refrigeración, lo que a su vez impulsó un aumento repentino del consumo de carbón. De hecho, aproximadamente la mitad del crecimiento de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía en 2024 puede atribuirse a temperaturas récord, dice el informe.
La proporción mundial de energía a partir del carbón debe caer más de 10 veces más rápido que la tendencia actual para disminuir hasta el 4% para 2030
Panorama sombrío
El informe presentó un panorama desalentador sobre las posibilidades del mundo de evitar los impactos cada vez más graves de la crisis climática. Los países se están quedando rezagados en el cumplimiento de los objetivos que se han fijado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que han seguido aumentando, aunque a un ritmo menor que antes.
Clea Schumer, investigadora asociada del grupo de expertos World Resources Institute, que dirigió el informe, afirmó: «No cabe duda de que, en gran medida, estamos haciendo lo correcto. Simplemente no avanzamos con la suficiente rapidez. Una de las conclusiones más preocupantes de nuestra evaluación es que, por quinto informe consecutivo de nuestra serie, los esfuerzos para eliminar gradualmente el carbón están muy lejos de lo previsto».
Mayor uso de electricidad limpia es la clave
Si el mundo quiere alcanzar hacia el cero emisiones netas de carbono para 2050, con el fin de limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, como se establece en el acuerdo climático de París, más sectores deben utilizar electricidad en lugar de petróleo, gas u otros combustibles fósiles.
Y esto requiere que el suministro eléctrico mundial se adapte a un modelo limpio. “El problema es que un sistema eléctrico que depende de combustibles fósiles tiene enormes efectos en cascada y en cadena”, afirmó Schumer. “El mensaje al respecto es clarísimo: simplemente no limitaremos el calentamiento a 1,5 °C si el uso del carbón sigue batiendo récords”.
La solidaridad del Acuerdo de París “se debilita”
La solidaridad internacional que condujo al Acuerdo de París hace una década “se ha debilitado”, proclama el informe. “Los países se enfrentan a obstáculos en la mesa de negociación que frenan el progreso justo cuando es más necesario que nunca”. En muchas economías importantes, principalmente aquellas con grandes reservas de petróleo y gas, “los intereses arraigados de los combustibles fósiles continúan ejerciendo una poderosa influencia política, obstaculizando la ambición y la acción climática”.
Las proyecciones previas al Acuerdo de París indicaban que la temperatura media global aumentaría en torno a 4 °C para finales de siglo. Actualmente, las políticas actuales sitúan al mundo en un camino que conduce hacia un calentamiento de entre 2,7 °C y 3,1 °C.Y si los gobiernos cumplieran plenamente sus contribuciones prometidas (condicionadas a ayudas externas) las proyecciones rebajan ese calentamiento a entre 2,1 °C y 2,8 °C
Desoír el acuerdo de Glasglow
Pese a que existe un acuerdo mundial de tender hacia una reducción global del uso del carbón (compromiso asumido en 2021 en la cumbre del clima de Glasgow), algunos países siguen adelante con el combustible que más emisiones genera. El primer ministro de la India, Narendra Modi, celebró haber superado los mil millones de toneladas de producción de carbón este año, y en Estados Unidos, Donald Trump ha declarado su apoyo al carbón y otros combustibles fósiles.
Los esfuerzos de Trump por detener los proyectos de energía renovable y eliminar la financiación y los incentivos para la transición a fuentes de energía bajas en carbono no se han notado y no se han traducido en forma de mayores emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, el informe sugiere que estos esfuerzos tendrán un efecto en el futuro, aunque otros, como China y la UE, podrían mitigar el impacto al seguir favoreciendo las energías renovables.
El máximo de emisiones de gases no llega
Para tener el límite de temperatura del Acuerdo de París al alcance, las emisiones de gases invernadero deberían haber alcanzado alcanzando su punto máximo e iniciado un pronunciado descenso. Sin embargo, han aumentado aproximadamente en 0,65 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2 e) al año desde el año 2000, hasta alcanzar las 56,6 GtCO2 en 2023. Y las emisiones globales de CO2 procedentes de combustibles fósiles no muestran indicios de desaceleración
Estancados
El planeta Tierra está “estancado” en el progreso para limitar el calentamiento global a 1,5ºC respeto a los niveles preindustriales -objetivo recogido en el Acuerdo de París para evitar los peores efectos del cambio climático-. Ninguno de los 45 indicadores de acción climática analizados va por el buen camino para 2030.
Ésta es la conclusión principal del informe 'Estado de la acción climática 2025', elaborado por los Campeones Climáticos de Alto Nivel de la ONU, Climate Analytics, la Fundación ClimateWorks, el Fondo Bezos para la Tierra y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
El documento fue publicado pocas semanas antes de que el próximo 10 de noviembre comience la 30ª Cumbre del Clima, conocida como COP30 y que se celebrará en Belén (Brasil).
Análisis exhaustivo
El documento traduce el límite de 1,5 ºC del Acuerdo de París y analiza los avances para la consecución de este objetivo en los sectores responsables de la mayor parte de las emisiones: energía, edificios, industria, transporte, bosques y tierras, y alimentación y agricultura.
De los 45 indicadores evaluados, 6 están fuera del camino deseable, porque avanzan en la dirección correcta, pero no con la suficiente rapidez; 29 se encuentran 'muy fuera de lo previsto' al progresar adecuadamente, pero con demasiada lentitud; 5 van completamente en la dirección equivocada, lo que exige una corrección urgente del rumbo, y 5 carecen de datos suficientes para analizar el progreso.
Tres ejemplos de una dirección equivocada
La financiación pública de combustibles fósiles (subsidios), por ejemplo, ha crecido un promedio de 75.000 millones de dólares anuales desde 2014.
El progreso logrado en la descarbonización del acero se ha estancado en gran medida, de modo que las emisiones de CO2 por tonelada de acero crudo producido aumentaron en los últimos cinco años.
Y la proporción de viajes realizados en automóviles de pasajeros, muchos de los cuales todavía dependen del motor de combustión interna, sigue aumentando y ahora representa aproximadamente la mitad de todos los kilómetros recorridos.
Talas del grupo Segezha en Vologda, en Rusia, en una foto de 2023
Deforestación
El informe también alertó sobre el estado de los “sumideros de carbono” del mundo: bosques, turberas, humedales, océanos y otros elementos naturales que almacenan carbono. Si bien las naciones se han comprometido repetidamente a proteger sus bosques, estos continúan siendo talados, aunque a un ritmo más lento en algunas áreas. En 2024, se perdieron permanentemente más de 8 millones de hectáreas de bosque. Esta cifra es inferior al máximo de casi 11 millones de hectáreas alcanzado en 2017, pero superior a los 7,8 millones de hectáreas perdidos en 2021. El mundo necesita actuar nueve veces más rápido de lo que los gobiernos están gestionando para detener la deforestación, según el informe.
Objetivos claros
El informe aporta cinco objetivos mundiales para 2030, entre ellos eliminar gradualmente el carbón más de 10 veces más rápido, lo que equivale a cerrar casi 360 centrales eléctricas de carbón de tamaño promedio cada año y detener todos los proyectos en curso.
Otra meta es Incrementar rápidamente el crecimiento de la energía solar y eólica. La participación de estas tecnologías en la generación de electricidad ha aumentado un promedio del 13 % anual desde 2020, pero las tasas de crecimiento recientes deben más que duplicarse, alcanzando el 29 % anual, para alcanzar los objetivos de 2030.
Tercer objetivo: multiplicar por cinco la construcción de sistemas de transporte público asequibles en aquellas ciudades que tengan las mayores emisiones, mediante la construcción de al menos 1400 kilómetros de nuevas rutas de transporte, incluyendo trenes ligeros, metro y carriles de autobús de tránsito rápido, cada año hasta 2030.
También es prioritario reducir la deforestación nueve veces más rápido. Los niveles actuales son demasiado altos, aproximadamente equivalentes a perder permanentemente casi 22 campos de fútbol de bosque por minuto en 2024.
Y finalmente, se reclama reducir cinco veces más rápido el consumo de carne de res, cordero y cabra en las regiones de alto consumo, lo que implicará comer aproximadamente 1,9 porciones menos por semana en Australia y Nueva Zelanda, 1,3 porciones menos por semana en Sudamérica y 1,2 porciones menos por semana en Norteamérica para 2030.
Nuevos planes de acción climática
Este año, las partes del Acuerdo de París tienen la oportunidad de aumentar su ambición y presentar sus nuevos planes de acción climatica o nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) que determinarán la trayectoria de las emisiones globales hasta 2035. Hasta octubre de 2025, se habían presentado 62 nuevas NDC, que representan el 31 % de las emisiones globales de gases actuales. Sin embargo, estos nuevos compromisos nacionales apenas contribuyen a cerrar la brecha (de 26,6 29,9 GtCO₂ e en 2035) necesaria para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Si se implementan en su totalidad, reducirán colectivamente las emisiones de gases en 2035 en tan solo 1,3-1,6 GtCO₂e, en relación con los niveles de 2035 previstos en las NDC anteriores de los países.


