Por fin te has decidido. Esa oferta del ferry a Italia con tantas ventajas y descuentos te ha terminado de seducir y has caído en la tentación. Este verano te vas a disfrutar de las playas turquesas de Cerdeña.
Llega el día de zarpar. Estaréis toda la noche en alta mar y ya te mareas con solo pensarlo. Entre el estrés de los preparativos y la animación del barco, se te ha olvidado por completo pedirle a tu hermana que vaya a tu casa, riegue las plantas y compruebe que has cerrado la puerta de la terraza. “Menos mal, ¡Hay cobertura!”, exclamas con alivio. No sabes lo que te espera.
Los ferrys y cruceros son una gran fuente de ingresos de las operadoras. Cuando un buque se aleja de la costa, desaparece la cobertura móvil terrestre, las antenas de la ciudad más próxima no tienen tanto alcance y nos quedaríamos incomunicados, si no fuera porque las navieras cuidan de sus pasajeros y les proporcionan señal para que puedan subir sus fotos a Instagram y llamar a la familia.
El roaming en los barcos
La pesadilla de los primerizos
Esta situación se suele dar especialmente en los pasajeros que viajan en barco por primera vez. Cuando nos movemos dentro de la UE no tenemos que preocuparnos por nada, así que si vamos de un país europeo a otro por mar, bajamos la guardia y creemos que la cobertura saltará de un territorio a otro y no nos tendremos que preocupar. Ahí está el error.
Cuando desaparece la señal terrestre entra en juego la cobertura marítima, que se considera itinerancia internacional y es la tarifa más cara que puede cobrar un operador, al mismo nivel de la aérea y la satelital.
Los precios se mueven alrededor de los 7 euros por minuto, con 3 euros de establecimiento de llamada, y un euro el SMS. Y, atención: hasta 30 euros el MB (recordemos que un GB son 1.000 MB). Ni se te ocurra ponerte a ver una serie en streaming.
La inconsciencia o la ignorancia te pueden dar un susto en alta mar.
¿Qué se puede hacer?
Lo hecho, hecho está. Para eso es este artículo, para que no te sorprenda el cargo a toro pasado. Puedes reclamar, pero tienes todos los números para que te archiven la queja o te respondan que la letra pequeña ya te avisó.
En cambio, si todavía no has tenido el susto, lo puedes evitar poniendo el móvil en modo avión (paradoja) nada más zarpar. Si tienes necesidad de comunicarte, consulta con la tripulación del barco las posibilidades de acceso wifi.

