La sonda Parker inició su viaje hacia el Sol en el verano de 2018 desde Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos, hasta llegar hace unos días a la corona solar, donde la temperatura puede ser hasta 200 veces más alta que en la superficie del Sol. Por eso, lleva un escudo térmico que le permite soportar temperaturas de hasta 1.400 grados centígrados.
La noche de Navidad realizó esta primera aproximación y, en la medianoche del día de San Esteban, se comunicó con la Tierra para confirmar que seguía funcionando con normalidad.
Cerca... pero no mucho
A seis millones de kilómetros del Sol
La Parker se ha acercado hasta unos seis millones de kilómetros del Sol, unas 16 veces la distancia que hay entre la Tierra y la Luna.
Durante los próximos seis meses, se acercará varias veces más. De hecho, se espera que para Año Nuevo vuelva a enviar señales de vida. La misión de la sonda Parker es recopilar datos del Sol para comprender mejor su funcionamiento.