Kotaro Uchikoshi y Kazutaka Kodaka, los dos fundadores del estudio Too Kyoo Games, tuvieron una idea tan, pero tan ambiciosa para un videojuego, que desarrollarla les llevó al borde de la bancarrota. The Hundred Line: Last Defense Academy ya está a la venta, y aunque su propuesta pueda ser de nicho, quienes lo han jugado no dudan en enmarcarlo no solo como uno de los mejores videojuegos de este año, sino de todos los tiempos.
En su versión en japonés, un idioma caracterizado por utilizar kanji —ideogramas que, en muchas ocasiones, representan palabras completas— el guión completo del juego tiene alrededor de seis millones de caracteres. El concepto del juego, no obstante, es sencillo de entender, al menos en su base.
“Queríamos crear un juego que tuviese 100 finales.”, explica Kodaka, encargado del guión de la mayor parte del juego. Los videojuegos con múltiples finales son razonablemente comunes, especialmente en el género de las novelas visuales —títulos fundamentalmente basados en texto, sin elementos de habilidad— y los videojuegos narrativos. Pero, en muchas ocasiones, hay uno o varios finales que se consideran el final “verdadero” de la narrativa; el resto son pequeños guiños o escenas adicionales pensados para los mayores fans.
Kodaka afirma que las condiciones que impuso a sus escritores eran “un poco extremas”: “los 100 finales tendrían que tener verdadero significado. Todas las rutas tendrían que ser sustanciales, o lo suficientemente densas como para ser consideradas el verdadero final o el final definitivo. No deben parecer contenido extra o spin-offs.”
The Hundred Line Last Defense Academy
The Hundred Line: Last Defense Academy cuenta una historia distópica, con ciertos tintes de fantasía. Quince adolescentes despiertan sin recuerdos en las instalaciones de una academia futurista, donde un robot parlante les explica que, a partir de ahora, tendrán que convertirse en soldados.
La meta es sobrevivir durante cien días enteros, resistiendo a hordas de enemigos alienígenas, para proteger un secreto que hay en el interior de la academia y del que depende el destino de toda la humanidad. Estas batallas se libran a través de un sistema de rol táctico, utilizando las habilidades de los personajes para sobrevivir; pero, al final, alrededor de un 90% del juego consiste en diálogos y texto.
Cuando se llega al final de estos primeros 100 días, y a través de una justificación diegética, el protagonista, Takumi Sumino, gana la habilidad de viajar al pasado y repetir todo lo sucedido, dejando, en esta ocasión, las decisiones clave en manos del jugador. De estas decisiones surgirán distintos hilos narrativos que acabarán alterando notablemente la trama.
Si bien es cierto que quizás los 100 finales del juego no son igual de profundos, sí hay que destacar que hay alrededor de una veintena de rutas que podrían componer, en sí mismos, un juego independiente. A pesar de que la existencia de videojuegos o incluso novelas o tebeos de lectura no lineal no es una enorme novedad, lo notable del concepto reside en su calidad de ejercicio literario y narrativo: presenta una historia, unos personajes y un universo. Y, acto, seguido, se atreve a mirarlos desde todas las perspectivas y ángulos posibles. Jugar una sola de estas rutas no te dará todas las respuestas, pero sí te dejará satisfecho con su conclusión y sus implicaciones.
The Hundred Line: Last Defense Academy.
Cuando encontréis una historia que os deje satisfechos, ese puede ser el final
Se pueden ir desentrañando una a una, como si, de hecho, fuesen novelas independientes; o se puede aspirar a verlas todas y acabar componiendo el enorme mosaico que es su mundo. Pero la interacción directa, uno de los elementos más característicos del videojuego como medio, es la que le da peso a su estructura: en ningún otro formato se conseguiría que las preferencias y juicios morales del jugador construyeran de esta manera tan específica los acontecimientos.
Completar el juego en todos sus finales y sus posibilidades cuesta alrededor de unas 200 horas. Y, ¿cómo se aborda una obra tan grande y que exige tanto de nosotros? Según sus creadores, la única manera de hacerlo es con calma. Según explica su director: “No debéis forzaros a hacerlo todo. Si en algún momento os encontráis con una historia que no os encaje, intentad tomar distintas decisiones. Y cuando encontréis una que os deje satisfechos, ese puede ser el final. Siempre podéis probar de nuevo más adelante.”

