La inteligencia artificial se ha convertido en un aliado valioso para los profesionales, ya que facilita la redacción de textos y correos electrónicos de forma rápida y eficiente, ahorrando tiempo y mejorando la claridad y el tono del mensaje.
No obstante, cada vez son más los que se dan cuenta de una verdad: recibir según qué mensajes y correos producen una sensación de rechazo e incluso, como reflexiona el doctor en Psicología Justin Greggs, de “asco”.
¿Escribes o ya recurres a la IA?
Para el especialista en salud mental, la gente puede detectar las diferencias -aunque cada vez más sutiles- entre los mensajes o textos escritos por una IA y los redactados por personas de carne y hueso. La IA está siendo entrenada a conciencia, pero el cerebro todavía es capaz de darse cuenta de cualquier señal que no sea humana, generando todo tipo de sentimientos, la mayoría negativos, en el receptor del mensaje.
“Son más que una muestra de mal gusto o falta de criterio”, asegura Greggs. “Provocan una profunda respuesta emocional en nosotros”. Según el experto, hay señales obvias, como las frases con lenguaje aleatorio o los emojis; “pero más allá, la prosa escrita por IA tiene un tono sutil, pero reconocible”.
Muchos ya redactan todos sus textos con ChatGPT.
Según diversos estudios y análisis, los textos de IA emplean un mayor número de conjunciones, modificadores adjetivos y objetos directos”, mientras que los mensajes redactados por humanos utilizan más preposiciones, además de una mayor variedad de vocabulario. “Puede que no seamos capaces de reconocer todas estas sutiles diferencias lingüísticas, pero podemos sentirlas al leer texto de IA”, asegura Greggs.
“Se crea una sensación desagradable en nuestras mentes”, afirma. “Si la escritura generada por IA no coincide con la forma en que la persona que envía el correo electrónico suele hablar o escribir, esto nos resulta desconcertante”. No solo eso, sino que puede generar una sensación de desapego y desinterés. “La disonancia y el desapego que sentimos al leer textos generados por IA de un amigo o familiar pueden derivar en una respuesta psicológica aún más trágica”.
Greggs: “Usar una IA para interactuar socialmente con otra persona indica que no valora realmente su humanidad”
El experto señala que el lenguaje humano nació y evolucionó como un medio para que podamos “hablar y transmitir estados mentales internos durante una conversación” que se basan en la comprensión de sentimientos como sentir dolor, sufrir, percibir, juzgar, desear… Se trata de “buscar que se produzca una conexión de mente a mente”.
Greggs: “Una vez que reconocemos que la escritura que se supone fue escrita por un amigo o colega es generada por IA, crea una sensación desagradable en nuestras mentes.”-
“Cuando se utiliza una IA para generar las palabras de un correo electrónico destinado a conectar con un amigo o colega, se rompe el antiguo fundamento sociocognitivo sobre el que se construye la conversación humana”, explica Greggs. “Usar una IA para interactuar socialmente con otra persona indica que no valora realmente su humanidad lo suficiente como para molestarse en usar sus propias palabras para conectar con ella”.
El psicólogo lamenta que la evolución de la IA y su capacidad para redactar para no ser detectada sea inevitable. “Seguro que ya he leído muchas cosas generadas por IA que nunca consideré artificiales. Pero siempre existirá el peligro de usar la IA para escribir un mensaje a tus amigos o familiares o a cualquiera que espere escuchar palabras reales de conexión humana”.