La NASA encuentra restos de azúcares en el asteroide Bennu que podrían cambiar el origen de la vida

Nuevos descubrimientos

Estamos cerca de poder afirmar que aunque la vida se cocinó aquí, los ingredientes quizá vinieron de fuera

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NASA

Los últimos análisis de las muestras del asteroide Bennu, traídas a la Tierra por la misión OSIRIS-REx, podrían estar reescribiendo lo que sabemos sobre el origen de los ingredientes que hicieron posible la vida. Tal y como explican desde la NASA, hay tres estudios publicados en Nature Geoscience y Nature Astronomy revelan hallazgos sin precedentes: azúcares esenciales para la biología, un material orgánico similar a una goma nunca antes identificado en rocas espaciales y una sorprendente abundancia de polvo procedente de antiguas supernovas.

Recreación de la misión OSIRIS-REx recogiendo muestras

Recreación de la misión OSIRIS-REx recogiendo muestras

NASA

Muestras de azúcares en el sistema solar

Uno de los descubrimientos más relevantes es la presencia de ribosa y glucosa, dos azúcares fundamentales para los seres vivos. Según explican los investigadores, las muestras de Bennu son “pristinas”, es decir, no han sido contaminadas por la Tierra y conservan la química original del sistema solar. La ribosa, componente clave del ARN, y la glucosa, “uno de los combustibles básicos de la vida tal y como la conocemos”, sugieren que los bloques moleculares esenciales pudieron formarse en ambientes helados del sistema solar exterior antes de llegar a nuestro planeta.

El hallazgo encaja con la idea de que las primeras formas de vida pudieron apoyarse únicamente en ARN, tesis reforzada por la detección de ribosa y la ausencia de desoxirribosa, relacionada con el ADN. Además, estos estudios confirman la presencia de aminoácidos, nucleobases y compuestos nitrogenados, completando una especie de cóctel que, como indican los científicos, muestra que “la química orgánica compleja ya existía en el sistema solar exterior”.

Una goma espacial nunca antes observada

Otro descubrimiento inesperado es la llamada “goma espacial”: una sustancia flexible, rica en compuestos orgánicos, observada por primera vez en un cuerpo celeste. Esta especie de polímero natural se habría formado cuando el asteroide progenitor de Bennu se calentó ligeramente en los primeros millones de años del sistema solar. 

Su composición sugiere que pudo favorecer reacciones químicas que, con el tiempo, facilitaron la formación de moléculas más complejas.

Una cantidad de polvo espacial nunca antes vista

El tercer estudio destaca la presencia de polvo de supernovas en cantidades seis veces mayores que en cualquier otro material extraterrestre analizado. Esto indica que Bennu se formó en una región del disco protoplanetario especialmente enriquecida por restos de estrellas explotadas, lo que ayuda a reconstruir cómo se mezclaron los elementos que más tarde formarían planetas como la Tierra.

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Gracias al muestreo limpio de OSIRIS-REx, que evitó la contaminación terrestre, los investigadores trabajan con la certeza de que estos azúcares y compuestos orgánicos son realmente “espaciales”. Además, si le sumamos las muestras de agua atrapada en minerales, sales, carbonatos y aminoácidos, Bennu parece mostrar de manera cada vez más clare el tipo de materiales que pudieron llegar a la Tierra primitiva. Así que tal vez estamos más cerca de poder afirmar que aunque la vida se cocinó aquí, los ingredientes quizá vinieron de fuera.

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