Hasta ahora, la guerra por la Inteligencia Artificial ha estado liderada por empresas que buscan mejorar su modelo de lenguaje hasta que prácticamente parezca que estás hablando con un humano superdotado. Es decir, se basan en crear una especie de Gandalf que todo-lo-sabe; una enciclopedia de bolsillo lista para responder a cualquier duda universal en un instante.
Sin embargo, a medida que avanza la IA, las empresas se están dando cuenta de que no importa tanto que los chatbots respondan a todo como que te ayuden a hacer cosas prácticas. Manus, startup china, ha dado el primer volantazo en este sentido, con una IA que actúa antes que hablar, comprando billetes de avión o gestionando tu agenda en unos segundos.

Manus AI.
Aunque es algo que ChatGPT ya está integrando en su sistema, ha sido Manus la que ha dado el pistoletazo de salida a esta nueva batalla de la IA. Creada por la startup Butterfly Effect, busca convertirse en un asistente ejecutivo personal, alguien que no solo entiende lo que necesitas, sino que lo resuelve por ti.
El concepto que impulsa a Manus representa una evolución en la forma en que interactuamos con la tecnología. A diferencia de ChatGPT o Claude, que necesitan órdenes directas, Manus puede actuar por iniciativa propia. Funciona como un equipo digital: un modelo central planifica, otros ejecutan subtareas y otro más evalúa resultados. Todo bajo una misma estructura coordinada, como si fuese una pequeña empresa trabajando para ti.
Puedes ver cómo la IA navega, compara, copia, pega y pregunta para asegurarse de que lo está haciendo bien. Y en cualquier momento puedes pararle los pies
Este diseño modular le permite encadenar tareas complejas —planificar una clase, gestionar tu agenda, programar una página web o analizar un conjunto de datos— sin necesidad de que el usuario supervise cada paso. Y lo hace a través de una interfaz que recuerda más a un navegador operado por un becario que a una ventana de chat tradicional. Es decir, puedes ver cómo la IA navega, compara, copia, pega y pregunta para asegurarse de que lo está haciendo bien. Y en cualquier momento puedes pararle los pies.
China ha encontrado en este modelo de agentes inteligentes un terreno fértil para la innovación. Manus desató una auténtica fiebre entre desarrolladores, inversores y competidores tras su lanzamiento en marzo de 2025, y ya han surgido alternativas como Genspark y Flowith. Todas ellas tienen el foco puesto en convertir la IA en una fuerza de trabajo digital, aunque cada una ayuda más a una u otra cosa.
No obstante, tanto Manus como los otros modelos utilizan modelos extranjeros que dificultan su desarrollo. Manus trabaja con Claude Sonnet de Anthropic, lo que impide que funcionen plenamente dentro del territorio chino sin una VPN. Pero en paralelo, China sigue avanzando en este sentido, y gigantes como ByteDance, Alibaba y Tencent están desarrollando sus propios agentes para integrarlos en sus ecosistemas cerrados.
Por el momento, Manus sigue en fase de acceso limitado, pero su despliegue internacional está en marcha. Ha abierto oficinas en San Francisco, Tokio y Singapur, y su interfaz sigue perfeccionándose. Pero más allá del entusiasmo, quedan incógnitas sin resolver: ¿Qué ocurre si Manus comete un error costoso? ¿Quién responde si actúa fuera de la legalidad? ¿Qué protección tienen nuestros datos cuando la IA lo hace todo por ti?