De pronto, una nueva compañía ha sonado en todo el ecosistema tecnológico: OpenAI, la empresa detrás de la revolución de la inteligencia artificial generativa, acaba de anunciar la compra de la startup Statsig por 1.100 millones de dólares.
A primera vista, parecía un movimiento estratégico más en su agresiva expansión, pero los detalles de la operación desencandenan una historia más reveladora: no se trata, en verdad, solo de la compra de un software puntero, sino de lo que en Silicon Valley se conoce como un acqui-hire —una adquisición para contratar talento— llevado a su máxima expresión. OpenAI no solo compró una empresa; compró a su cerebro, Vijaye Raji, veterano de Microsoft y Facebook destinado a convertirse en el arma secreta para llevar ChatGPT y otros productos a la dominación total del mercado.
La historia de Statsig es, en esencia, la historia de su fundador. Vijaye Raji, ingeniero de origen indio, pasó una década forjándose en Microsoft y otra en Facebook, donde llegó a ser Vicepresidente de Entretenimiento y cofundó el exitoso Facebook Marketplace. En las entrañas de estos gigantes, Raji comprendió una verdad fundamental: los mejores productos del mundo no nacen de la genialidad aislada, sino de la experimentación científica y rigurosa.
“En Facebook —comentaría una vez— aprendí cómo las mejores ideas se llevaban rápidamente a producción y luego se medían rigurosamente para decidir si escalar o no”. Con esa visión, fundó Statsig en 2021 con una misión clara: “democratizar” esas potentes herramientas de análisis y pruebas A/B, para “llevar el método científico al arte del desarrollo de productos”. Su propuesta era ofrecer a cualquier empresa la capacidad de iterar con la velocidad y precisión de un gigante tecnológico, agilizando el ciclo de “construir-medir-aprender”.
No se trata de una simple compra de tecnología, sino de la adquisición de un cerebro estratégico y de una cultura de ingeniería que podría definir al ganador de la nueva carrera espacial de nuestro tiempo
El crecimiento de Statsig fue meteórico, pero se construyó sobre una base que desafiaba las tendencias de la era post-pandemia. En un sector que abrazaba el teletrabajo, Raji instauró una cultura 100% presencial, con cinco días a la semana en su oficina de Bellevue, Washington. Defendió la decisión como un pilar fundamental para “fomentar una cultura de colaboración intensa y velocidad”. Funcionó.
Herramientas desarrolladas por Statsig como Gatekeeper o Deltoid permitían lanzar nuevas funcionalidades a pequeños grupos de usuarios, medir su impacto con una precisión milimétrica y tomar decisiones basadas en datos, no en intuiciones. Raji se dio cuenta de que ese poder estaba reservado a una élite tecnológica. Con esa visión, fundó Statsig en febrero de 2021 con una misión clara: “democratizar las herramientas de experimentación y análisis que antes solo estaban al alcance de gigantes como Meta”.

Vijaye Raji, el fichaje millonario de Sam Altman.
La empresa atrajo a inversores de primer nivel como Sequoia Capital y Madrona Ventures, y en apenas cuatro años alcanzó el estatus de ‘unicornio’ con una valoración de 1.100 millones de dólares y una cartera de clientes que incluía a titanes como Atlassian, Notion y la propia Microsoft. Raji no era un CEO de despacho; su implicación era tal que se le describía como el “desarrollador frontend principal”. Una anécdota interna revelaba que si alguien preguntaba quién actualizaba la web de la empresa, “todos señalarían el escritorio del CEO”.
Con Statsig en su arsenal, OpenAI no solo tiene la inteligencia artificial más avanzada, sino también el motor más rápido y preciso para ponerla en manos de miles de millones de personas
La plataforma de Raji, que unifica pruebas A/B, gestión de características y análisis de producto, se convirtió en un estándar para empresas que buscaban crecer de forma inteligente y rápida. Firmas como Atlassian, Notion o Microsoft confiaron en su robusta infraestructura, capaz de procesar más de un billón de eventos diarios con una fiabilidad casi total. Entre su distinguida lista de clientes también había uno que lo cambiaría todo: la propia OpenAI. El gigante de la IA no estaba apostando a ciegas; llevaba tiempo usando y validando la tecnología que ahora decidía internalizar.
Cuando OpenAI llamó a su puerta, la negociación reveló la verdadera naturaleza del acuerdo. La compra se cerró por 1.100 millones de dólares, exactamente la misma valoración que Statsig había alcanzado en su última ronda de financiación. No hubo prima, un detalle inusual que sugiere que los accionistas no buscaban maximizar el beneficio inmediato. En su lugar, aceptaron un canje de acciones, convirtiéndose en inversores de OpenAI.

Sam Altman, CEO de OpenAI.
S. Somasegar, de Madrona Ventures, lo resumió con una metáfora elocuente, afirmando estar “encantado de ahora ser accionista de OpenAI y subirse a ese cohete”. Para el propio Raji, la decisión fue un “no-brainer” (algo evidente), una oportunidad extraordinaria para unirse a una misión en la que creía profundamente.
En la actual “carrera armamentista” de la IA, tener el modelo más potente ya no es suficiente. La nueva ventaja competitiva, como señalan los analistas, reside en “la velocidad de iteración y la experiencia completa del usuario”.
Raji, que ahora asumirá el rol de Director de Tecnología de la división de Aplicaciones de OpenAI, es el experto mundial en esa disciplina. Fidji Simo, CEO de dicha división, alabó su historial, mientras que Sam Altman, CEO de OpenAI, ha enmarcado la creación de este equipo como el puente definitivo entre la investigación pura y el beneficio real para el mundo. La compra de Statsig es la viga maestra de ese puente.
Con esta operación, OpenAI no adquiere simplemente una plataforma, sino que internaliza una filosofía de desarrollo de productos y, sobre todo, asegura al líder capaz de ejecutarla. Vijaye Raji asumirá el rol de CTO de Aplicaciones, puesto clave para traducir la investigación de vanguardia de la compañía en productos pulidos y robustos para millones de usuarios.
Como señaló un analista de la industria, la compra dota a OpenAI de “un enfoque estructurado y basado en datos para iterar productos, algo que falta en sus rivales”. En la encarnizada guerra por el futuro de la inteligencia artificial, donde la velocidad de mejora lo es todo, el fichaje de Vijaye Raji y su equipo de 150 expertos puede que sea una de las jugadas estratégicas más importantes que OpenAI ha hecho hasta la fecha.