Durante los meses de verano, mientras muchos disfrutan de un merecido descanso, los ciberdelincuentes intensifican sus actividades, aprovechando la relajación general y el aumento del uso de dispositivos móviles para perpetrar uno de los delitos más insidiosos de la era digital: la sextorsión.
La sextorsión, o extorsión sexual digital, ha experimentado un crecimiento alarmante en los últimos años. Según datos del Ministerio del Interior, las denuncias por este tipo de delitos en España se incrementaron de 1.691 en 2018 a 4.460 en 2023. Este aumento no solo refleja una mayor incidencia, sino también una creciente conciencia y disposición de las víctimas a denunciar estos hechos.
Consejos
¿Cómo puedes escapar de la 'sextorsión', una de las estafas digitales más peligrosas?
Los métodos utilizados por los extorsionadores son diversos y cada vez más sofisticados. Podemos encontrar, por ejemplo:
- Sextorsión aleatoria. Envío masivo de correos electrónicos que afirman tener imágenes íntimas de la víctima, exigiendo un pago para no publicarlas. En muchos casos, estas imágenes no existen, pero el miedo inducido lleva a algunas personas a ceder ante las demandas.
- Engaños románticos. Los delincuentes establecen relaciones sentimentales falsas en redes sociales o aplicaciones de citas, ganándose la confianza de la víctima para luego solicitar imágenes íntimas y, posteriormente, chantajearlas. Un caso destacado es la Operación Dayún, donde una red internacional estafó a una mujer de 86 años en Ávila por más de 350.000 euros.
- Uso de malware. Algunos ciberdelincuentes infectan dispositivos con software malicioso para obtener acceso a archivos personales, que luego utilizan para extorsionar a la víctima.
- Sextorsión en el ámbito empresarial. En ocasiones, la competencia desleal utiliza la sextorsión para obtener ventajas, amenazando con divulgar información comprometida de empleados o directivos para dañar la reputación de una empresa.
Las mafias dedicadas a la sextorsión pueden obtener hasta dos millones de euros diarios.
Las redes de sextorsión suelen operar desde países con legislaciones laxas en ciberseguridad, como Nigeria o Senegal, lo que complica su persecución. Además, estas organizaciones utilizan identidades falsas y plataformas digitales para ocultar su rastro y dificultar la acción de las autoridades.
Más allá de las pérdidas económicas, las víctimas de sextorsión sufren daños psicológicos significativos: ansiedad, depresión y, en casos extremos, pensamientos suicidas. El estigma asociado a estos delitos a menudo impide que las personas busquen ayuda, perpetuando el ciclo de abuso. Sin embargo, hay varias recomendaciones que puedes seguir para evitar caer en esta estafa:
- No ceder al chantaje. Nunca realices pagos ni respondas a amenazas, puesto que lo más habitual es que nunca cumplan con lo que prometen hacer.
- Recopilar pruebas. Guarda todos los mensajes, correos y cualquier otra comunicación con el extorsionador. Por más vergüenza que te dé, es esencial para protegerte.
- Denuncia sin miedo. Acude a las autoridades competentes, como la Policía Nacional o la Guardia Civil, y presenta una denuncia formal ante ellos.
- Buscar apoyo profesional. Más allá de las vías legales, busca asesoramiento legal y psicológico especializado.
David Pareja, actor víctima de 'sextorsión'.
Plataformas como OnbrandinG sirven para ofrecer servicios de investigación digital para identificar a los responsables y recopilar pruebas que faciliten su persecución legal. A través de herramientas como OntrackerS se pueden monitorizar la difusión de contenido íntimo en la red, ayudando a las víctimas a recuperar el control sobre su privacidad.
La sextorsión es un delito que atenta contra la dignidad y la intimidad de las personas. Es responsabilidad de todos, desde las instituciones hasta los ciudadanos, trabajar juntos para erradicar esta forma de violencia digital.
Selva Orejón es perito judicial en identidad digital y ciberinteligencia, además de CEO de OnbrandinG.

