Loading...

El truco para proteger a los adolescentes de TikTok Live: “Debemos concienciar sobre la lógica de manipulación del comportamiento propia de los sistemas de gamificación y las dinámicas de recompensa social”

Redes sociales

TikTok se basa en un modelo económico diseñado para captar la atención y reforzar la dependencia de su audiencia. Es fundamental identificar estas estrategias para proteger mejor a los adolescentes

Marta Romo, experta en neurociencia: “Parece que estamos cansados de nuestra propia vida; no del trabajo, sino de vivir. Hay tanto ruido, dentro y fuera, que acabamos fragmentando el cerebro y viviendo en la superficie”

Los adolescentes pueden ser vulnerables a indicaciones psicoterapéuticas no acreditadas ni contrastadas que les pueda dar la IA.

iStockphoto / Carlos Gawronski

El jueves 11 de septiembre de 2025, la comisión parlamentaria de investigación sobre los efectos psicológicos de TikTok en menores presentó su informe, alertando sobre una de las «redes más agresivas contra la juventud». La plataforma más popular entre los jóvenes —que pasan en ella una media de 110 minutos al día— se apoya en un modelo económico pensado para captar su atención y aumentar su dependencia, con el objetivo de maximizar los ingresos.

Lee también

Más del 90% de los niños de 11 años ya tienen teléfono móvil: “Es la primera vez en España que distintas sociedades médicas, como pediatría, psicología, neurología y psiquiatría, se unen para advertir de un problema social”

Agencia SINC

Aunque más del 75 % de sus beneficios provienen todavía de la publicidad, las compras integradas en TikTok se han convertido en un motor clave de crecimiento para la red social: en Francia, representaron casi 80 millones de euros en 2023, frente a los 52 millones de 2022. Estas compras in-app permiten, entre otras cosas, que los jóvenes compren regalos virtuales para ofrecérselos a sus creadores de contenido favoritos durante los directos. Rosas, donuts, leones o balones de rugby: los regalos se transforman después en diamantes, y luego en dinero real, con una comisión retenida por la plataforma.

Este sistema, especialmente lucrativo tanto para TikTok como para los streamers, convierte las transmisiones en auténticas carreras por conseguir regalos, donde los jóvenes espectadores son empujados constantemente a gastar. ¿Qué estrategias se utilizan para captar su atención y estimular las donaciones?

Cómo actúan los influencers en TikTok Live

Fomentar las donaciones impulsivas

Nuestras investigaciones, basadas en la observación de 40 directos de creadores franceses durante tres meses, muestran que la plataforma integra numerosas dinámicas propias del mundo del videojuego. Al igual que los V-Bucks (en Fortnite) o las Gemas (en Brawl Stars), TikTok ofrece a sus usuarios comprar “monedas”, difuminando la percepción del coste real de los regalos enviados. El uso de una moneda virtual crea una distancia cognitiva entre el usuario y el valor real de su donación, y los sistemas de paquetes acentúan esa opacidad. Así, resulta difícil para los jóvenes calcular el valor exacto de lo que envían.

Este velo de confusión puede fomentar las donaciones impulsivas, sobre todo porque basta con un simple toque en la pantalla para comenzar el juego con un primer envío gratuito de corazones. Es fácil, gratificante y, al mismo tiempo, supone un primer compromiso que aumenta la probabilidad de aceptar después un gasto mayor.

Los directos integran también otros códigos propios de los videojuegos: sistemas de clasificación, puntos y puntuaciones, barras de progreso o desafíos con límite de tiempo

Los directos integran también otros códigos propios de los videojuegos: sistemas de clasificación, puntos y puntuaciones, barras de progreso o desafíos con límite de tiempo. Estas mecánicas explotan el atractivo juvenil por la competición y la gratificación inmediata, transformando la interacción en una experiencia inmersiva y estimulante. La interfaz desempeña un papel central: animaciones de colores, lluvias de corazones o destellos vivos refuerzan la dimensión sensorial y placentera de cada donación, recordando al universo de los juegos de azar. La facilidad de envío —reducida a un toque— genera un reflejo casi automático, que incita a actuar rápidamente.

Las battles son utilizadas con frecuencia por los streamers para gamificar la experiencia. Se basan en la competición en tiempo real entre dos creadores o equipos, cuya victoria depende directamente de las donaciones de los espectadores, convertidas en puntos visibles en una barra de progreso o en un marcador. La posibilidad de influir directamente en el resultado refuerza la sensación de implicación activa, mientras genera presión social.

La estructura misma de los directos amplifica este fenómeno: la duración limitada de las sesiones impone una presión temporal similar a la de un videojuego, donde hay que alcanzar un objetivo en un tiempo restringido. Así, al combinar interfaz inmersiva, gamificación, presión de los creadores y limitaciones temporales, TikTok convierte los directos en entornos donde la atención juvenil se maximiza y el gasto se incentiva de forma intensa. Como en los juegos móviles, se utilizan diversas técnicas para influir en el comportamiento del jugador: recursos disponibles, distribución de recompensas, funciones sociales u ofertas de duración limitada.

Los adolescentes y los niños pueden omitir las advertencias de las plataformas de IA sobre el origen de las indicaciones terapéuticas de los chatbots.

Getty Images

Cómo funciona

Recompensa pública y presión social

La visibilidad pública de los donantes es otro motor de esta dinámica. Cuando un espectador envía un regalo, su seudónimo aparece en pantalla o es mencionado por el streamer (a veces gritado en caso de grandes donaciones), se activan animaciones visuales y puede recibir agradecimientos personalizados o interacciones exclusivas con el creador.

Este reconocimiento inmediato anima al donante a repetir la acción para revivir ese momento de atención y visibilidad. Ofrecer un regalo se convierte en una forma de proyectar una imagen idealizada de uno mismo en la red social.

Esta dinámica tiene un eco especial entre los adolescentes, cuya identidad se construye en gran parte a través de la mirada de sus iguales y la búsqueda de reconocimiento social. Los creadores suelen responder de manera preferente a los comentarios o preguntas de sus mayores donantes, reforzando la sensación de cercanía y estatus. Quienes donan con frecuencia aparecen en la lista de Top fans, lo que puede aumentar la frecuencia de las contribuciones y generar una competencia impulsada por el deseo de reconocimiento y por mantener un vínculo privilegiado con el creador.

Los directos se convierten en espacios donde la presión social y la dinámica de grupo se explotan para maximizar el compromiso

Durante los directos, el streamer organiza además la experiencia para movilizar el espíritu de equipo de su comunidad. A través de challenges, battles o retos, anima a sus espectadores a unirse para alcanzar un objetivo común, transformando la interacción en un juego colectivo. Los adhesivos “únete a mi club de fans”, ofrecidos por los creadores, simbolizan esta estrategia: mediante una aportación económica, el espectador puede dejar de ser un simple seguidor para convertirse en miembro oficial de la comunidad. La presión social es implícita: para distinguirse de un miembro “básico”, hay que “subir de nivel” y ofrecer más a su tiktoker favorito.

Así, los directos se convierten en espacios donde la presión social y la dinámica de grupo se explotan para maximizar el compromiso, y donde los adolescentes, en busca de inclusión y reconocimiento, son especialmente propensos a participar e invertir dinero en esta experiencia colectiva.

Lee también

Marta Romo, experta en neurociencia: “Parece que estamos cansados de nuestra propia vida; no del trabajo, sino de vivir. Hay tanto ruido, dentro y fuera, que acabamos fragmentando el cerebro y viviendo en la superficie”

Juan Carlos Saloz

Los trucos clave

¿Qué medidas para proteger a los jóvenes?

Aunque TikTok afirma que hay que tener al menos 18 años para enviar regalos, la norma es fácil de eludir: basta con mentir sobre la edad al registrarse.

Ante la insuficiencia de las medidas de protección actuales, el informe parlamentario recomienda ir más allá y prohibir la plataforma a los menores de 15 años. La comisión subraya con razón la necesidad de una regulación más estricta para protegerlos de los riesgos vinculados a una exposición temprana a los mecanismos de monetización y a las presiones sociales en línea. Esta reflexión es especialmente relevante en el caso de los directos, donde la interacción social parece reducirse al acto de donar, normalizando la idea de “pagar para ser visto y apreciado”.

Más allá de las cuestiones legales, surge la pregunta de la responsabilidad educativa

Más allá de las cuestiones legales, surge la pregunta de la responsabilidad educativa. En un entorno digital donde los adolescentes pasan varias horas al día —a menudo sin supervisión parental o institucional— en las redes sociales, resulta esencial que comprendan los mecanismos diseñados para incitarles a gastar.

Esto implica una información clara sobre los costes reales de las transacciones, así como una educación crítica sobre las técnicas de manipulación conductual propias de los sistemas de gamificación y las dinámicas de recompensa social. En este sentido, la formación de los adultos de referencia (padres, docentes, educadores) también es esencial, para que puedan descifrar estas estrategias y acompañar a los adolescentes en su relación con las plataformas digitales.

Lee también

“Bien utilizada, la tecnología puede ser una gran aliada en el desarrollo de los niños”: SoyMomo demuestra que es posible proteger a los niños sin apartarlos del mundo digital

Paula García

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.