Por un nuevo catalanismo transversal

Opinión

Por un nuevo catalanismo transversal

Catalunya ha iniciado un cambio de ciclo. El buen hacer, o no, del nuevo gobierno y otras eventualidades internas y externas determinarán la profundidad y alcance de esta mutación, que no se está produciendo sólo en el terreno de la política. En cualquier caso, está claro que uno de los actores principales que debe replantearse muy a fondo la estrategia que quiere seguir en el futuro inmediato es el procesismo; sobre todo después de la absurda aparición fugaz de Puigdemont junto a la Ciutadella. Ciertamente, el independentismo mantiene un fuerte apoyo social y político, pero es obvio que no obtuvo los resultados que hubiera querido en las elecciones catalanas del 12 de mayo. Y esto debería hacerlo reflexionar. Los partidos que le representan pueden complicar la gobernabilidad del Estado y la de Catalunya y desestabilizar aún más la enrevesada situación política actual. Pero si esto ocurriera, ¿quién saldría ganando?

Nuestro país sufre una crisis social y cultural de primera magnitud. En algunos aspectos, esta deriva es compartida por toda Europa y el mundo occidental: puesta en cuestión sin precedentes del prestigio de las democracias liberales parlamentarias, con la consiguiente pérdida de miedo de amplias capas de la sociedad al optar por soluciones iliberales antidemocráticas. Pero aquí se añaden otras particularidades que obligan a hacer un análisis aún más en profundidad de lo que nos está pasando como país.

Esta conducta considero que debería aplicarse (sin dilación pero sin prisas ni condicionamientos partidistas o electorales) con todos los actores sociales implicados, o sea, con los agentes de todo tipo que intervienen en el día a día de la vida económica, social, académica y cultural... De la polis. Porque hasta ahora las respuestas, explicaciones y argumentos que se han dado para justificar el retroceso en la cohesión social, el bajón en la vitalidad económica y cultural y la falta de objetivos estratégicos claros y de liderazgo en nuestro país, han sido siempre excusas y formas diversas de sacudirse responsabilidades, tratar de contaminar a otro y echar balones fuera.

Horizontal

Salvador Illa investido como presidente de la Generalitat con los votos del PSC, ERC y COMUNS

Àlex Garcia / Propias

En el terreno político y cultural algunos han optado por hacer creer que el procés está vivo. Y está claro que lo alargarán mientras puedan. Pero lo cierto es hoy que hay menos partidarios de la vía unilateral y no paccionada de los que había habido en el mejor momento para los secesionistas y, lo que me parece más preocupante, que tenemos un país más deprimido, más escéptico, menos politizado y menos cohesionado desde la perspectiva nacional. Por ahora, el catalanismo, que en otros tiempos había logrado ser auténticamente transversal en la sociedad catalana, está más debilitado que nunca. Los independentistas, tanto los de toda la vida como los que se convirtieron entre 2012 y 2017, suelen despreciar ese catalanismo transversal, ignorando que en las épocas en las que hubo consenso político y social sobre esta materia fue cuando más se avanzó en el sentimiento de pertenencia a un solo pueblo, en el reconocimiento del catalán como lengua de todos (incluso el PP apoyó la ley de normalización lingüística) y en el convencimiento de que sólo unos servicios públicos de calidad al alcance de todos podían hacernos más iguales individualmente y más fuertes como país.

Hay razones objetivas y ajenas al procés para explicar el retroceso que estamos viviendo en muchos de estos terrenos: mayor presencia de extranjeros (¡no sólo inmigrantes económicos, por cierto!); polarización política (en todo el mundo, pero en Cataluña con la particularidad de la aparición de un presunto progresismo antinacionalista catalán reconvertido rápidamente en conservadurismo nacionalista español); predominio de las redes sociales; hegemonía cada vez más acentuada de unas pocas lenguas; réditos electorales del anticatalanismo; uso espurio de algunas altas instituciones del Estado... Pero ha habido también toda una amalgama de errores propios a tener en cuenta. Y, para empezar, haber creído que una revuelta como la que se pretendía llevar a cabo con el procés podría consumarse sin que hubiera una respuesta contundente del Estado, con el apoyo de la comunidad internacional y sin registrar a ninguna víctima. Las revoluciones sólo se imponen por la fuerza (a veces, muy pocas, una fuerza no violenta). La gran responsabilidad, nunca aceptada, de algunos líderes políticos del procés es justamente haber jugado con la ambigüedad y haber confundido a tantas personas de buena fe que confiaron en ellos... Y, encima, continuar camuflándolo tras la inanidad de una épica forzada. Todo, ¿para qué? ¿Para seguir gestionando las instituciones autonómicas que tanto desprecian?

El resultado en el momento actual es, en definitiva, que la derrota en los ámbitos político, económico y cultural es de tal magnitud que, en el mejor de los casos, tendrán que pasar una o dos generaciones para que Cataluña recupere su mejor fisonomía. Y puede que, si de verdad se quería priorizar la regeneración por encima de los intereses partidistas, la vía más factible para conseguirlo fuera una similar (¡actualizada, claro está!) A la que se empleó durante los últimos años del franquismo. Esto significa alianza entre los diversos actores económicos, sociales y laborales, por un nuevo activismo cultural y lingüístico, por nuevos proyectos originales para hacer pedagogía, para aislar las posiciones xenófobas y “supremacistas” y para volver a tejer complicidades con sectores hoy reacios y poco proclives a considerarse catalanistas. Paradójicamente, parece que sólo desde la moderación y los objetivos aparentemente modestos (digamos posibilismo estratégico) sería posible hacer crecer y consolidar la conciencia nacional entre una población cada vez más diversa y cosmopolita. Los tiempos y las circunstancias juegan en contra, por lo que las decisiones valientes no deberían hacerse esperar demasiado.

Lee también
Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...