Que el peso del vehículo privado en la movilidad de la ciudad de Barcelona se reduzca en favor de mayores cotas para el transporte público y de los modos sostenibles, a pie y en bicicleta, es un objetivo necesario si se desea caminar en la senda de la descarbonización y la mejora de la calidad del aire. Tal y como explica David Guerrero en la sección Vivir, el gobierno municipal de Barcelona plantea para el Plan de Movilidad Urbana 2025-2030, en fase de elaboración, que este recorte deje el coche y la moto en el 15% del total de los desplazamientos, cuando ahora suponen algo menos del 20%. Y para lograrlo se plantea actuar sobre todo en la movilidad por motivos laborales.
El Ayuntamiento debe tener en cuenta que gran parte de los vehículos privados que se usan para acudir al lugar de trabajo tienen destino u origen en el área o la región metropolitana. Por ello, las administraciones competentes deberán priorizar las actuaciones para mejorar las conexiones en medios colectivos con las ciudades de este entorno más allá de los límites municipales de la capital catalana.