Un listado sonrojante

Un listado sonrojante
Director de La Vanguardia

La sección de Sociedad estrena el año recordándonos esa lacra constante que es la violencia machista. En el 2024, 47 mujeres de todas las edades –algunas eran madres, otras eran abuelas y todas eran hijas– han muerto a manos de hombres que acabaron con sus vidas de forma cruel. Los homicidas eran sus parejas actuales o lo habían sido en el pasado. El listado de casos y la crónica de los 47 crímenes son tristes e indignantes. Especialmente porque 34 de estas víctimas no habían denunciado con anterioridad al feminicida, a pesar de que muchas de ellas ya habían sufrido agresiones previas. Sin embargo, si bien es necesaria y recomendable la denuncia, hay que hacer constar que hubo seis mujeres que estaban inscritas en el sistema de protección de víctimas de violencia machista y, aun así, la policía no pudo hacer nada para protegerlas. Y a ello hay que añadir las circunstancias personales de cada pareja: hubo incluso una víctima que había aceptado vivir con su agresor aunque este tenía una orden de alejamiento.

El único dato positivo es que este 2024 ha registrado la cifra de muertes menor desde el año 2003, cuando se empezó a contabilizar este tipo de crímenes. Aquel año se registraron 71 muertes por violencia de género, y el peor fue el 2008 con 76. En el 2023 se produjeron 58, once más que este.

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Rebajar aún más esta cifra debería ser el objetivo de todos. Si hay aspectos en los que nuestra sociedad evoluciona a mejor es justamente este, que la mujer agredida se puede sentir más segura para presentar la correspondiente denuncia. Algunos expertos opinan que el negacionismo de ciertos sectores hacia la violencia machista genera inseguridad y puede frenar a algunas mujeres a la hora de denunciarlo, pero la realidad es que hoy este tema ha dejado de ser un tabú que se escondía entre las cuatro paredes de la vivienda familiar, y existe una indignación constante en la opinión pública por el goteo de casos.

El descenso en el número de víctimas mortales es un buen síntoma, pero la lista sigue siendo sonrojante e inaceptable.

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