Hace un año, la tragedia se cebó en la calle Canigó de Badalona. Se hundió un ático y cedió hasta la planta baja. Entre los escombros, los bomberos encontraron los cuerpos sin vida de un hombre y dos mujeres, que estaban en sus casas cuando se produjo el derrumbe. Ha pasado un año de aquel fatal accidente y las consecuencias siguen ahí. El suceso obligó a desalojar hasta cinco bloques de viviendas que aún no han podido recuperar la normalidad. Las 37 familias de los dos edificios más afectados siguen sin poder regresar a sus domicilios y 310 pisos, el 75% de los que se inspeccionaron, siguen apuntalados. El Ayuntamiento destinó casi un millón de euros a esas inspecciones y ha pedido al Institut Català de Finances créditos blandos para los afectados. Pero el tiempo corre a distintas velocidades. Un año para las familias afectadas es una eternidad y por eso es necesario que todas las administraciones implicadas actúen con la máxima diligencia para que estos vecinos puedan recuperar y volver a sus casas cuanto antes.
Un año sin casa
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