¿Innovar para otros?

La investigación es nuestro petróleo. Durante las últimas dos décadas, Catalunya ha logrado consolidarse como una de las regiones más destacadas en investigación científica, especialmente en el ámbito de la biomedicina y la tecnología, y ha conseguido aparecer en el mapa global del conocimiento. Pero debe ir más allá y ser capaz de transformar el conocimiento básico en innovaciones aplicables a la industria, impulsando así un crecimiento económico sostenible y compe­titivo.

Female chemist at work in laboratory.

 

Xubingruo / Getty Images

La economía global está dominada por la carrera tecnológica entre Estados Unidos y China y otros gigantes asiáticos; mientras, Europa ha ido perdiendo peso económico. La deslocalización industrial y la falta de competitividad han debilitado la capacidad del continente para mantenerse en una posición protagonista. Catalunya, con una inversión del 1,8% de su PIB en investigación, se encuentra por encima de la media española, que está en el 1,4%, pero ligeramente por debajo del promedio europeo del 2% y casi a la mitad del 3,5% que destina Estados Unidos. A pesar de esta diferencia, Catalunya ha demostrado un alto potencial en investigación, muy por encima de lo que sería imaginable en un país que no llega a los diez millones de habitantes. Disponer de una base industrial potente y un sistema de investigación puntero es una combinación perfecta que hay que saber enlazar de forma eficaz. Demostraríamos muy poca astucia si la investigación aplicada siempre acaba siendo aprovechada por los demás.

Necesitamos una estructura económica menos dependiente de sectores estacionales

Catalunya vive una situación que también se observa en muchos otros países de Europa. La denominada paradoja europea aflora cuando los centros de investigación obtienen avances significativos pero estos no se traducen en innovaciones industriales o crecimiento económico tangible en el entorno inmediato. Para superar esta barrera, es crucial fomentar la transferencia tecnológica y la colaboración entre el ámbito científico y los sectores productivos.

El futuro económico de Catalunya no debería depender de sectores como el turismo y los servicios de escaso valor añadido, que quizá suponen muchos ingresos, pero que crean muy poca riqueza. Necesitamos una estructura económica menos dependiente de sectores estacionales y vulnerables a factores coyunturales. Para fortalecer la economía, es necesario reforzar un modelo basado en actividades de alto valor añadido y de excelencia, como la biotecnología, la inteligencia artificial o las energías renovables. Por fortuna, Catalu­nya cuenta con una base industrial sólida y tecnológicamente puntera, de larga tra­dición y con una clara vocación para innovar y, a la vez, dispone de un ecosistema de startups tecnológicas notable.

La apuesta por la transferencia tecnológica, convirtiendo la investigación en productos y servicios innovadores, debe crear nuevos puestos de trabajo de más valor, lo cual también puede favorecer el retorno de talento autóctono que hoy encuentra sus mejores oportunidades lejos de casa.

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Hace pocas semanas, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, presentaba solemnemente su plan Catalunya lidera, que pretende dar un impulso a la economía catalana y favorecer un cambio de modelo productivo. Esperemos que tras los grandes titulares haya espacio para medidas concretas que fomenten la transferencia tecnológica y refuercen la colaboración entre las universidades, los centros de investigación y las empresas, porque el impulso de la innovación debe ser una prioridad estratégica, asegurando que el conocimiento conseguido en los laboratorios se convierta en soluciones reales para la industria y la sociedad. De lo contrario, estaremos innovando para que otros le saquen partido cuando podríamos hacerlo aquí.

Hay quien sugiere la creación de una agencia catalana para la innovación, lo cual puede ser compatible con otras fórmulas ágiles y flexibles para conectar los grupos de investigadores con las empresas del territorio, como el modelo de acreditación de agentes Tecnio, que ya acumula algunos años de buenos resultados en esta tarea. Con una estrategia bien definida y una inversión adecuada, Catalunya tiene la oportunidad de consolidarse como un referente en innovación y competitividad en Europa y el mundo. Es algo necesario y urgente y, además, lo podemos pagar, cosa que no siempre ocurre.

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