Réquiem por Estados Unidos

LA MIRADA PORTUGUESA

Cuanto más enrevesada es una situación, más hay que tener las ideas claras. En este tiempo histórico en que todo desliza hacia horizontes de penumbra y oscuridad, hay que ir al grano. El discurso de J.D. Vance en Munich fue una vergüenza. Al escucharlo, pensé que Vance debería haberse cortado la barba antes del acto, dejando sobre el labio superior solo un mostacho tipo cepillo de dientes. Y lo que dijo, con voz potente, de profesor catedrático que enseña lo que es la democracia, no andaba lejos de los aullidos políticos de los años treinta.

Si este J.D. Vance llega al más alto cargo de su país, algo, en principio, imposible dada la patente inmortalidad de su señor, quizá podamos disfrutar del espectáculo completo, con mostacho, griterío y manoteo. Después de ese gran invento chino que ha sido el comunismo capitalista, con derechos de autor para Deng Xiaoping, Estados Unidos está inventando, simétricamente, la democracia fascista (si es que no estaba ya inventada). Y uno recuerda, con gran tristeza, que el sistema político de esta nación lo crearon unos señores blancos muy ilustrados que tenían, en muchos casos, un buen lote de esclavos en sus mansiones. Uno recuerda asimismo la masacre de los pueblos indígenas, glorificada en muchas películas de vaqueros.

A los mandamases de Washington parece que les encantan Hitler o Stalin y se consuelan con Putin

Pero ha habido un buen Estados Unidos, lo ha habido, y ese país se nos muere: la nación de Poe, Hawthorne y Whitman, de Scott Fitzgerald, Faulkner y Steinbeck, de Gershwin, de Billie Holiday y del jazz, de Capra, Hopper y Pollock, de tantas y tantas cosas admirables, se nos transforma, poco a poco, en una pesadilla bronca, obscena. Y no podemos cerrar los ojos, aunque quizás alguna lágrima resbale por nuestras mejillas. Todas las naciones son un juego de luces y sombras, un amasijo de pecados y virtudes, pero lo que domina ahora en Estados Unidos es su lado más oscuro. Y no nos debe sorprender que se haya llegado hasta aquí por la vía democrática. Todos los engendros autoritarios cuentan con un apoyo muy significativo, en ocasiones incluso mayoritario, de las naciones en que brotan. La idea del tirano solitario en su palacio presidencial no es más que un tópico literario valleinclanesco y sudamericano, pero no una realidad. Las autocracias siempre están muy bien conectadas con amplios sectores sociales. En Estados Unidos, hoy impera el hombre blanco, blanco y rubio, el antiguo propietario de esclavos y el verdugo de los indios: el rudo patriarca de la nación.

Cuando oímos a Vance insinuar que la extrema derecha europea, y en particular la alemana, debe llegar a los más altos cargos políticos, uno piensa qué habrán sentido en el otro mundo Billy, el de Oklahoma, John, el de Indiana, y Michael, el californiano, que dejaron sus vidas tiradas en una playa de Normandía para derrotar al nazismo. Este es uno de los aspectos más siniestros del discurso de Vance: el modo como ha venido a jalear a nuestros peores demonios europeos. No, señor Vance, no nos diga que el infierno que todavía existe en nuestras sociedades, los restos culturales de nuestros autoritarismos, son nuestro mejor cielo. Eso se lo creerá usted. A nosotros nos han costado millones y millones de muertos en dos guerras mundiales.

US Vice President JD Vance arrives for a briefing with President Donald Trump about the mid-air crash between American Airlines flight 5342 and a military helicopter in Washington, in the Brady Press Briefing Room at the White House on January 30, 2025 in Washington, DC. Divers pulled bodies from the icy waters of Washington's Potomac river Thursday after a US military helicopter collided midair with a passenger plane carrying 64 people, with officials saying there were likely no survivors. (Photo by Oliver Contreras / AFP)

 

OLIVER C ONTRERAS / AFP

Vance mencionó la falta de libertad de expresión en Europa, algo que no es cierto, al mismo tiempo que la actual Administración americana se olvida de lo que ocurre en Rusia, donde sí existe ese problema: esto es de un cinismo político infinito. La idea de Enric Juliana resulta cada vez más certera: Estados Unidos quiere arrinconar a China, atrayendo a Rusia a su esfera, para debilitar asimismo a Irán. Pero esto no es solo una estrategia; se trata también de un talante. Uno diría que a estos actuales mandamases de Washington les encantan tipos como Hitler o Stalin y se consuelan con lo que hay, que es Vladímir Putin; probablemente también les gustaría ir de copas con Pol Pot o compartir una emocionante barbacoa con Idi Amin Dada.

Creo que hay dos rasgos de esta Administración americana que nos harán sufrir a todos: la falta de respeto por el ser humano, visible en el tema de Gaza o en el de la inmigración, y una infinita codicia, que se refleja en el dineral que le quieren sacar a Ucrania y en la partida de damas de los aranceles. Una nota más: en Munich, a Vance se le notaban mucho el collar y la correa que suele llevar un vicepresidente de Estados Unidos. Nos ladró casi hitlerianamente; es probable que haya dejado satisfecho a su dueño.

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Gabriel Magalhães
President-elect Donald Trump arrives at a rally ahead of the 60th Presidential Inauguration, Sunday, Jan. 19, 2025, in Washington. (AP Photo/Evan Vucci)

Por fin, me gustaría subrayar la santurronería de estos personajes: siempre están hablando de la “buena gente”, de las “buenas personas”. Manejan el tema del aborto a sabiendas de que muchos creyentes desearíamos que se encontraran soluciones más matizadas, más humanas. La idea es presentarse como santa gente de Dios. En realidad, estamos ante un nuevo fariseísmo y una recuperación de algo muy negativo: el uso político de la religión. En fin, otro demonio que están resucitando. A mi entender, todos estos fulanos son más bien cortesanos del diablo. Hay una cierta idea lírica, luminosa, sonriente de Estados Unidos que ha muerto. Es como si a Kennedy lo hubieran asesinado de nuevo. Toda esta gente nos hará sufrir mucho, y también a sus conciudadanos. Pero terminarán autodestruyéndose, como siempre ha pasado en la historia cuando una sombra oscura pretende ocupar todo el panorama de la humanidad. Mientras tanto, hay que hacerles frente como se pueda, sin entrar en su sórdida dinámica de pura tiniebla.

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