La vuelta de La Caixa a Catalunya

La Fundación La Caixa y su sociedad de inversiones, Criteria, aprobaron ayer por la tarde el retorno de sus sedes sociales a Barcelona en reuniones extraordinarias de su patronato y su consejo de administración, respectivamente. La noticia, que llega mes y medio después de que Banc Sabadell anunciara la devolución de su sede a la ciudad que le vio nacer y le dio nombre, es de un enorme calado, tanto en términos políticos como económicos. Por su parte, CaixaBank, el banco del que la Fundación La Caixa posee el 31,2%, mantendrá de momento su sede en València.

La crisis política sufrida por Catalunya en otoño del 2017, a raíz del referéndum de independencia y el intento secesionista amparado desde la Generalitat, entonces presidida por Carles Puigdemont, tuvo consecuencias de todo orden. Afectó gravemente a la cohesión social catalana, alteró el marco administrativo y político (desde las llamadas leyes de desconexión ideadas por los responsables de la Generalitat hasta la aplicación del artículo 155 de la Constitución decidida por el Gobierno central) y propició un terremoto económico con la huida de alrededor de 4.500 empresas catalanas, principalmente en los años 2017, 2018 y 2019. Todas ellas temían que si cuajaba la independencia, Catalunya llegara a salir del euro, y en particular las firmas bancarias trataban de atajar la hemorragia de depósitos de caudales y de eludir la inseguridad jurídica, principales motivos por los que decidieron trasladar sus sedes sociales fuera de nuestra comunidad autónoma. Las consecuencias de aquella decisión afectaron, no precisamente para bien, al conjunto de la actividad económica catalana.

La Fundación La Caixa y Banc Sabadell figuraron entre las primeras empresas que optaron por trasladar sus sedes fuera de Catalunya, una a Palma y otra a Alicante. Luego les seguirían miles de compañías, la mayoría de las cuales todavía no han retornado. Si el movimiento de ambas entidades financieras fue pionero hace ya cerca de ocho años, el que ahora acometen en sentido contrario no lo es menos, y acaso tenga un efecto de arrastre que contribuya a la recuperación del mejor nivel para la actividad económica catalana. Eso es al menos lo que esperan que ocurra la mayoría de los ciudadanos conscientes de la conveniencia de que la economía catalana funcione a pleno rendimiento.

La Fundación La Caixa y Criteria optaron ayer por devolver sus sedes sociales a Barcelona

En cualquier caso, puede afirmarse ya que el regreso, tras años de agitación política y desencuentros sociales, de la Fundación La Caixa y de Criteria, entidades ambas presididas por Isidro Fainé, ilustra y fortalece la idea de que Catalunya ha recuperado un clima de normalidad y de estabilidad largo tiempo añoradas. Sin la mejoría del mencionado clima, no se habrían podido dar estos pasos. Puede decirse asimismo, dada la relevancia de ambas entidades, que su regreso fomentará muy probablemente los negocios y dinamizará la economía en Catalunya.

Si la vuelta de Banc Sabadell se produjo como consecuencia de una decisión soberana y unánime de su dirección, aunque en una coyuntura marcada por la opa hostil, todavía no resuelta, que le lanzó el BBVA, la de la Fundación La Caixa y de Criteria ha sido materializada con plena libertad por sus órganos rectores, ajenos a presiones exteriores, y en una circunstancia que refleja con claridad su autonomía operativa.

Estos regresos, deseados y muy bien vistos por los principales agentes económicos catalanes, suponen también un voto de confianza para el Gobierno de la Generalitat que encabeza desde el pasado verano Salvador Illa. Porque indican que se aprecian los exitosos esfuerzos pacificadores realizados por el socialista y, más importante en el momento actual, porque se considera que pueden consolidarse y dar nuevos frutos a corto, medio y largo plazo. Nada nuevo bajo el sol: los grandes operadores económicos suelen apostar por los gestores políticos que favorecen el cumplimiento de las leyes y fomentan la estabilidad, lo que a su vez genera confianza y una atmósfera propicia para la emprendeduría y los negocios en general.

La decisión supone una muestra de confianza para la Generalitat que encabeza Salvador Illa

La completa restauración del tapiz económico catalán, con el propósito de devolverle su aspecto y sus prestaciones anteriores a los hechos del 2017, quizá se demore más de lo deseable. Pero los anuncios realizados ayer por la Fundación La Caixa y Criteria son excelentes noticias que invitan a encarar el futuro con renovado optimismo.

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