El retorno a Barcelona de las sedes de la Fundación La Caixa y de Criteria, su sociedad de inversiones, aprobado esta semana, no debe contemplarse como un regreso al pasado, sino, por encima de todo, como una apuesta por el presente y el futuro de Catalunya. Con esta decisión, el primer grupo inversor del Estado lanza un mensaje de confianza en la nueva etapa de estabilidad política en Catalunya y en un momento en el que se suscriben pactos entre el Gobierno central y las fuerzas independentistas, bajo el liderazgo del presidente Sánchez, en un marco que garantiza la estabilidad institucional y la seguridad jurídica, ya que se ha pasado de la estrategia de la ruptura a la de la reforma.
El mensaje de confianza lanzado desde la entidad que lidera Isidro Fainé es clave para reforzar el dinamismo emprendedor e inversor del tejido productivo de Catalunya y poder recuperar el retroceso acumulado durante los difíciles y convulsos años del procés. En este sentido se ha expresado la mayoría de las instituciones económicas, sociales y empresariales del país.
Es difícil predecir el impacto que tendrá la citada decisión de la Fundación la Caixa y de Criteria en el quehacer económico de Catalunya. Pero no hay duda de que, en sí misma, dicha decisión constituye un llamamiento clave para la confianza y el esfuerzo colectivo. El Banc Sabadell tomó hace un mes la misma decisión de regresar a Catalunya, también, en su caso, por razones de estrategia interna ante la opa que le ha presentado el BBVA. Probablemente serán más las empresas que, a partir de ahora, seguirán la decisión de volver, de entre las más de 4.500 que trasladaron sus sedes. Asimismo cabe esperar que este regreso de La Caixa sirva para que otras, tanto nacionales como extranjeras, apuesten por invertir en Catalunya.
El retorno de la Fundación La Caixa y de Criteria impulsa la confianza económica
Pero un factor clave para ello, además de la confianza en el marco institucional, es la necesidad de que Catalunya sea competitiva fiscalmente con el resto de las autonomías españolas y de las regiones europeas. Ello dependerá, a su vez, de que se pueda disponer de un adecuado sistema de financiación autonómico, tan necesario como urgente.
La decisión de la Fundación La Caixa y de Criteria está en sintonía con el programa de gobierno Catalunya lidera de Salvador Illa para intentar lograr que Catalunya vuelva a ser la locomotora económica de España, ahora superada por la Comunidad de Madrid. Este programa prevé la movilización de recursos públicos de la Generalitat más ambiciosa desde el 2010, con 18.500 millones de euros de inversión hasta el 2030.
Desde que en el 2017 se produjera la traumática salida de empresas de Catalunya, a causa de la inseguridad jurídica generada por el procés , hasta el 2023, el crecimiento económico de Catalunya fue inferior a la media estatal: un 7,6% del producto interior bruto (PIB), frente al 8,1% del conjunto de España y el 12% de la comunidad madrileña. Sin embargo, la principal debilidad de la economía catalana en ese periodo posterior a la salida de empresas, según datos de Funcas, se produce en la evolución del PIB por habitante, en el que Catalunya se situó a la cola del ranking estatal superando solo a Murcia. En esos años, el PIB per cápita creció un 1,1% en la comunidad catalana mientras que la media española fue del 4% y Madrid avanzó un 4,6%. La caída de confianza generada por el procésse ha pagado cara en pérdida de oportunidades y ahora costará recuperarla. Pero ya se dan los primeros pasos.
Catalunya se enfrenta a un desafío enorme si pretende recuperar el liderazgo económico
El desafío económico que afronta Catalunya, en cualquier caso, es enorme si se quiere avanzar y recuperar el liderazgo económico. Eso es algo que solo se podrá hacer sobre la base de una intensa colaboración entre la iniciativa pública y la privada, tal como ha sucedido en las mejores etapas de la historia. Tanto el presidente de la Generalitat como el alcalde de Barcelona apuestan por este modelo.
Mientras, en Catalunya se empieza a vivir en un clima de confianza económica que la citada decisión de la Fundación La Caixa y de Criteria viene a reforzar. El éxito de la reciente edición del Mobile World Congress (MWC) es otro ejemplo. En un suplemento editado hace pocos días por La Vanguardia bajo el título de Catalunya se mueve se recogía el amplio conjunto de proyectos que hay en curso, por un importe global que supera los 50.000 millones de euros, y que pueden suponer un indudable salto adelante de Catalunya, tanto en infraestructuras como en investigación, tecnología, industria, vivienda, cultura o atracción de talento. Es un momento histórico de grandes transformaciones y oportunidades que hay que aprovechar. Como hemos dicho, el regreso de las empresas que trasladaron sus sedes fuera de Catalunya marca un nuevo principio.