Tirarse a la piscina el primero, sin comprobar antes si hay agua, no es el camino más rápido a la gloria, sino a las urgencias de traumatología. Carlos Mazón lo ha vuelto a hacer: le faltó tiempo para abrazarse a Vox cuando supo el resultado de las elecciones autonómicas y de nuevo se ha lanzado a los brazos de la formación de Santiago Abascal para salvar su cabeza. Para conseguir que Vox le apruebe los presupuestos, ha tragado con todo. Abascal, como Groucho en Una noche en la ópera, ha impuesto un indigesto menú “y dos huevos duros; en lugar de dos, traiga tres”.
Mazón tomó nota como el mejor de los maîtres: fuera subvenciones a oenegés que apoyan la inmigración, fuera menores no acompañados ( menas ), fuera convenios con la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. Eliminar todas las partidas destinadas al desarrollo sostenible y suprimir las tasas del Pacto Verde. Recortar las subvenciones al valenciano y a la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Suprimir todas las partidas destinadas a la memoria histórica. Rebajar el impuesto de transmisiones patrimoniales y el impuesto sobre la renta. Y, de postre, Vox consigue participar en el plan de distribución de recursos y de relanzamiento de la región.
Mazón asume el ideario de Vox para salvarse: le hubiera sido más fácil afiliarse
Mazón ha asumido el ideario de Vox para salvar su cabeza, pero le hubiera sido más fácil afiliarse a esta formación ultraderechista como uno más, si ha sido incapaz de discutirles ni una coma.Tanto o más sorprendente es que a la dirección del PP no solo le parezca que todos estos compromisos son aceptables, sino que diga que el modelo se puede trasladar también a Aragón o Murcia. Ver a Borja Sémper hacer un canto a la estabilidad, cuando Vox, solo hace ocho meses dejó tiradas a cinco comunidades donde gobiernan los populares, con la excusa del rechazo al reparto de los menores no acompañados de Canarias, es sorprendente.
El PP lanzó implícitamente el mensaje de que Vox es su socio imprescindible aunque no les guste, y que un día los van a necesitar para gobernar, aunque vayan de la mano de Orbán y se besen con Trump. Será interesante saber cómo se lo explica Feijóo, cuando en un mes reciba en València a los líderes del PPE.
