‘Ser o no ser’ europeos

‘Ser o no ser’ europeos
Miriam González Durántez
Abogada experta en derecho europeo

El aumento del gasto europeo en defensa no es un asuntillo banal para el postureo electoral del PSOE y el PP: es la clave de la supervivencia de Europa. Y también de la participación española en ella. Sánchez, y en parte también Feijóo, se están jugando la presencia de España en la reconfiguración de fuerzas europeas.

Mientras en el continente europeo cunde el pánico, en España no parece haber conciencia de la gigantesca vulnerabilidad de Europa. Hoy no hay nada ni nadie que garantice la seguridad física y territorial de la Unión Europea. Si alguien nos ataca mañana por el flanco este, creando inestabilidad por el flanco sur, o con un megaataque de ciberseguridad, no tenemos ni los medios para defendernos solos, ni la garantía de que Estados Unidos nos ayudaría a hacerlo.

Por el este podría haber incursiones directas en los países bálticos o Polonia. Pero Rusia lleva años aumentando su presencia en África. Los muchos malienses que llegan en cayucos a Canarias escapan de Mali, pero también de Rusia.

Rome (Italy), 15/03/2025.- People attend the pro-Europe march 'A square for Europe' in Piazza del Popolo, Rome, Italy, 15 March 2025. (Protestas, Italia, Ucrania, Roma) EFE/EPA/GIUSEPPE LAMI

  

GIUSEPPE LAMI / EFE

La situación es de tal gravedad que a Sánchez y Feijóo les debería haber faltado tiempo para reunirse y acordar –ellos solos y con urgencia– triplicar el gasto en defensa. En lugar de eso, Sánchez está destrozando la reputación del país intentando engañar a nuestros aliados europeos con creatividad contable. Es un juego de cortísimo recorrido que ya han denunciado desde The Economist hasta el Financial Times, pero que dejará secuelas. Las dificultades parlamentarias de Sánchez le vienen bien a Feijóo, que es por lo que no le ayuda. Pero no hay dificultad parlamentaria que compense el dejar desprotegida a Europa.

Se argumenta que triplicar nuestro gasto en defensa es imposible porque en España no tenemos cultura bélica. Parece una broma macabra en un país que ha participado en cientos de conflictos durante trece siglos y que, por tener, ha tenido hasta una sangrienta guerra civil.

Pero incluso aunque fuese verdad que no tenemos cultura de defensa, no habría más que mirar a otros países europeos para darnos cuenta de lo rápido que están superando sus culturas dada la gravedad de la situación.

¿Alguien piensa que ha sido fácil para Merz y Scholz acordar romper el techo de la deuda para aumentar masivamente el gasto en defensa, cuando la deuda es el mayor tabú emocional de los alemanes por haber sido determinante en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial?

Nuestros políticos se han acostumbrado –y nos han acostumbrado– a la cultura del gorroneo

Si los políticos españoles no están reaccionando como los alemanes no es porque los españoles no tengamos cultura de defensa. Es porque nuestros políticos se han acostumbrado –y nos han acostumbrado– a la cultura del gorroneo. A aprovecharse de cosas que pagan otros. A no tener que operar dentro de un presupuesto serio. A acudir a mamá Europa cada vez que surgen dificultades, para que nos paguen en Bruselas lo que no nos podemos pagar nosotros. Y a esconder algo que sabemos todos: que la única manera de cuadrar las cuentas en España es meterle la motosierra al clientelismo, que es por donde se nos va a borbotones el dinero. No es que los políticos españoles no quieran que Europa tenga medios para defenderse. Es que quieren que lo que antes nos pagaban los Estados Unidos nos lo paguen ahora los alemanes.

España no es la única que pretende seguir beneficiándose de protección gratis. Países como Irlanda están callados como muertos. Y entre los del sur, el único que está cumpliendo es Grecia. Ni siquiera Italia cumple y eso que Meloni va de estrella.

No es de extrañar que empiece a haber movimientos para buscar otras configuraciones europeas. De momento hay dos en marcha: una apertura del mercado interior sin libre movimiento de personas para integrar al Reino Unido y Turquía (a pesar de sus movimientos autocráticos) a cambio de una unión en defensa; y discusiones entre Alemania, Francia, los nórdicos, Holanda y Noruega para tomar la estructura de la OTAN y hacerla europea. Habrá más intentos y no solo en defensa.

España debe asegurarse un sitio en todas esas futuras estructuras europeas. Si Sánchez y Feijóo siguen eludiendo su responsabilidad de aumentar rápida y significativamente el gasto en defensa, es cuestión de tiempo que nos quedemos fuera.

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