De los aranceles hacia el caos

El pasado 2 de abril fue anunciado por Trump como el “día de la liberación”. En su composición mental, el paquete de tarifas aduaneras impuesto de manera generalizada libera a Estados Unidos de un trato injusto por parte del resto del mundo. Un diagnóstico deformado que conduce a un tratamiento erróneo. Supuestamente los aranceles promoverán la producción interior de bienes que se han venido importando de China y otros países, contribuyendo a financiar el presupuesto federal y permitiendo la reducción de los impuestos directos que ha prometido. 

Lo cierto es que, si bien es posible que se produzcan algunas decisiones de relocalización, difícilmente ello vaya a producir la creación de los puestos de trabajo que se perdieron con la desindustrialización. Esa promesa que alimentó el voto de la empobrecida clase media blanca es una pura quimera, pues las industrias que puedan crearse a buen seguro que estarán altamente robotizadas y generarán poco empleo. Y los aranceles no van a ser suficientes para compensar la bajada de impuestos plani­ficada.

Shanghai (China), 07/04/2025.- People walk on a street near screens showing stock exchange and economic data in Shanghai, China, 07 April 2025. Hong Kong and Chinese stocks plummeted dramatically on April 7 after Beijing countered US tariffs with its own set of trade levies. The move sent shock waves through financial markets, igniting fears among investors of an expanding trade war that could plunge the global economy into a severe recession. EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI

  

ALEX PLAVEVSKI / EFE

Lo que sí es probable que se produzca es un incremento del malestar social. Ya en su primer mandato, la percepción de que Estados Unidos podía entrar en una dinámica de guerra civil aumentó exponencialmente. La polarización aumentará a medida que las bases demócratas vayan movilizándose y parte del electorado republicano se percate del engaño que ha sufrido. Pues el único resultado evidente del conjunto de medidas programadas será un incremento del precio de productos que hasta ahora se han venido importando, dando lugar a un escenario de inflación y estancamiento.

La virulenta reacción de los mercados hizo que siete días después, Trump anunciara una moratoria de los aranceles recíprocos. Al parecer, el comportamiento del mercado de deuda – el más temible de todos– ha sido lo que le ha llevado a rectificar. Pero mantiene el pulso con China y, de hecho, ya con los aranceles anunciados anteriormente, Estados Unidos se halla en el nivel más alto desde los años treinta.

Ahora se abre un proceso de negociaciones bilaterales, pero nada apunta a que se pueda articular un acuerdo general constructivo. A partir de allí podría ser que la economía norteamericana reaccionara al caos provocado por la ruptura de la dinámica globalizadora adaptándose con su proverbial flexibilidad. Pero veo más probable que se acentúe su declive competitivo y acelere el ascenso de China como gran potencia alternativa.

Es probable que los aranceles acentúen el declive de EE.UU. y aceleren el ascenso de China

En el escenario positivo, el movimiento MAGA se reforzaría y las pulsiones autoritarias se acentuarían. En el negativo, crecerían el malestar social y la dinámica ­caótica.

En uno y otro caso, la gran incógnita es si los contrapesos propios del sistema constitucional norteamericano funcionarán o serán insuficientes para corregir la deriva tiránica de su presidente. Nos hallamos en la época de los “hombres fuertes”, que describe Gideon Rachman en su libro The age of the strong man y Trump está siguiendo el manual elaborado por Putin y compañía.

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Miguel Trias
BERLIN (Germany), 24/02/2025.- An election poster of Alice Weidel of the AfD hang in front of the Konrad Adenauer House with the likeness of CDU federal chairman Merz during a party leadership meeting of the Christian Democratic Union (CDU) at the party's headquarters the Konrad-Adenauer-Haus in Berlin, Germany, 24 February 2025. Germany held its federal elections on 23 February. (Elecciones, Alemania) EFE/EPA/HANNIBAL HANSCHKE

Es cierto que Estados Unidos tiene una tradición democrática de 250 años que no tienen Rusia, Turquía ni Venezuela. Cuenta, además, con un sistema judicial independiente e incluso con un Tribunal Supremo que, a pesar de ser mayoritariamente conservador, no es probable que refrende decisiones claramente inconstitucionales. Y es también un Estado federal, donde los gobernadores tienen importantes parcelas de poder, siendo elegidos ­democráticamente.

Pero Trump intentará condicionar los procesos electorales y combatirá los resultados si le son adversos, como ya hizo en el 2020. Hará lo posible por sembrar el caos, pues parece que es donde se siente a gusto. Y en el plano económico, presionará­ a la Fed cerce­nando su independencia, lo cual provocará desconfianza en el dólar como moneda de reserva.

La democracia ha resistido en países más inestables como Brasil o Polonia y también puede resistir en Estados Unidos, pero las acciones de su presidente van a ir en contra de su lema MAGA, debilitando a su país y causando inestabilidad global. Nos adentramos en un mundo turbulento del que emergerán ganadores y perdedores. Europa podría ser de los primeros si opone racionalidad al caos, pero debe reaccionar con firmeza y unidad.

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