En la tarde noche de hoy se celebrará una vez más la fiesta de La Vanguardia en el hotel Alma, con sus jardines y salones llenos a rebosar de una gente del mundo del libro que mañana, día de Sant Jordi, se repartirá por los puestos de libreros y editores para esa fiesta cívica que, entre libros y rosas, se ha consolidado como probablemente la mejor versión de nuestra forma de ser y estar en el mundo, un ideal que, al menos por un día al año, lleva sin duda al optimismo y a las ganas de vivir. Estamos en primavera y, aunque la jornada sea laborable, el aire de festivo es inevitable.

Si la fiesta de este diario se ha convertido por méritos propios en la antesala del día del Libro, la celebración de Sant Jordi es ya una festividad mundial, pues la Unesco aprobó en 1995 proclamar el 23 de abril como el día mundial del Libro y del Derecho de Autor.
Hoy empieza Sant Jordi y también hoy es la víspera de nuestra mejor cara
Más de cien países del mundo conmemoran hoy un día que tiene raíces recientes pero que arraigó y fructificó claramente en Barcelona. Un editor valenciano, Vicente Clavel, que ejerció de periodista, traductor, escritor y editor (creó la editorial Cervantes en Barcelona), fue el impulsor de una celebración dedicada al libro, que nació en la Cambra del Llibre de Barcelona (Clavel era su vicepresidente) y que finalmente recibió la sanción, en 1926, del rey Alfonso XIII, que proclamó el 7 de octubre (fecha probable, pero muy incierta, del nacimiento de Cervantes) como día del Libro.
En 1930 la celebración se cambió al 23 de abril, fecha del fallecimiento de Cervantes y de Shakespeare. Coincidencia que tiene trampa, pues Cervantes murió el 22 para ser inhumado el 23 y la Inglaterra de Shakespeare se regía por el calendario juliano. Pero no importan los motivos ni las excusas celebratorias, lo importante es que en 1930 y 1931 la fiesta es ya un éxito popular: libros, rosas, Sant Jordi, patrón de Catalunya, reivindicación catalanista y el talento comercial de otro editor, Antoni López Llausàs, que desde la librería Catalonia impulsó definitivamente la fiesta. Ni la guerra ni la posguerra pudieron con ella…
Hoy empieza la fiesta y también hoy es la víspera de nuestra mejor cara, esa con la que querríamos siempre presentarnos ante el mundo y que nos reconozcan por ella. ¡Feliz Sant Jordi!