El obstruccionismo de Putin

La primera reunión que mantuvieron ayer en Estambul –con mediación turca– delegaciones de segunda fila de Rusia y de Ucrania para abordar el conflicto bélico que las enfrenta, duró algo menos de dos horas. Se cerró con un acuerdo para presentar propuestas de alto el fuego, para estudiar un posible encuentro entre los presidentes Putin y Zelenski y para intercambiar lo antes posible mil prisioneros de guerra por cada bando, en el que sería el mayor canje de soldados capturados desde que comenzó la contienda. Rusia ha exigido a Ucrania que retire a sus tropas de las cuatro regiones del este del país que Moscú se ha anexionado, lo que Kyiv rechaza tajantemente.

Los mínimos avances tras este encuentro son la muestra de que, tras exponer cada parte sus demandas, las posiciones siguen siendo totalmente antagónicas y los planteamientos son tan opuestos que la posibilidad de lograr un avance significativo sigue siendo muy escasa. Es más, da la sensación de que rusos y ucranianos están más alejados que cuando se sentaron a negociar, si bien ambas partes han mostrado su disposición a nuevos encuentros.

Para Ucrania, lo primero y prioritario es declarar un alto el fuego incondicional de 30 días para luego empezar a negociar el final de la guerra. Para Rusia, la negociación –sin detener mientras los combates– debe basarse en el borrador de acuerdo de paz abandonado en el 2022 y en la “situación real” sobre el terreno, unas condiciones que obligarían a Kyiv a aceptar una posición de neutralidad y de no entrada en la OTAN a cambio de garantías de seguridad y que Rusia se quede con el territorio que controla.

Rusia y Ucrania cierran muy alejadas su primera reunión directa en tres años de guerra

El primer cara a cara directo entre representantes de ambos países desde abril del 2022 estuvo marcado en gran parte por la posición adoptada por Moscú, abiertamente obstruccionista. El bajo nivel de la delegación que Putin envió a la ciudad turca ya era una declaración de intenciones sobre la posición del Kremlin. La encabezó el presidente de la Unión de Escritores de
Rusia, consejero del líder ruso y fanático putinista, Vladímir Medinski, lo que dejaba claro el escaso interés del presidente ruso por hacer esfuerzos para acabar con la guerra.

Los hechos demuestran una vez más que es Putin quien sigue marcando los tiempos. Propuso negociaciones directas en Estambul –iniciativa que Trump aplaudió– y Zelenski le subió la apuesta proponiendo un cara a cara con el líder ruso. Pero dos no se dan la mano si uno no quiere, y Putin no tenía ningún interés en encontrarse con un presidente al que califica de ilegítimo. Ello ha desencadenado el fiasco de este encuentro, que es lo que el Kremlin quería. Putin ha ninguneado a Zelenski y ha torpedeado la negociación consiguiendo lo que se proponía: la paz tendrá que seguir esperando.

La falta de resultados concretos de esta reunión da nuevos argumentos a Zelenski para insistir ante Donald Trump en que Putin no es sincero, en que no tiene ningún interés en acabar con la guerra y en que EE.UU. debe presionarle mucho más para que acepte negociar, en la línea de la Unión Europea, que ya ha aprobado su decimoséptimo paquete de sanciones a Rusia. En Tirana, Zelenski exigió ayer a la comunidad internacional una reacción “contundente”, con sanciones reforzadas en el sector financiero y energético, y en esa línea va otro paquete más de sanciones que Bruselas está ultimando, según avanzó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Trump no ha criticado la ausencia de Putin y ambos defienden celebrar una cumbre sin Zelenski

Hasta ahora, Putin –interesado en que Washington se desentienda de la guerra para tener manos libres– no parece ciertamente impresionado ni por las palabras ni por las amenazas del presidente de EE.UU., quien pese a todo sigue adoptando una posición más cercana con el líder ruso que con Zelenski. De hecho, en su enésima declaración comprensiva con Putin, Trump dijo el jueves que no habrá avances hacia la paz hasta que él se reúna con el líder ruso, sin criticar que este decidiera no acudir a Estambul. Ayer, el Kremlin calificó de “necesaria y esencial” esa reunión, pero matizó que requiere preparativos considerables pues debería desembocar en resultados tangibles. La Casa Blanca ha demostrado tener escasa confianza en que hubiera resultados en la ciudad turca, mientras que Putin alimenta la idea de que todo pasa, para que haya avances, por él y Trump, menospreciando al presidente ucraniano.

En este contexto cada vez más voces, en especial en EE.UU.
y en el seno de la Administración republicana, se preguntan
hasta cuándo aceptará Trump seguir ejerciendo como mediador si no hay avances negociadores, la guerra continúa y Putin sigue ignorando sus advertencias.

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