Es euroescéptico, pero sobre todo un cara dura. Miente más que habla, promete lo que no puede dar y le dice a la gente lo que quiere oír. Nigel Farage es un espécimen más de la nueva política internacional, que no desentona al lado de otros ilustres populistas que se han apoderado de la Tierra. No tiene principios, ni lo pretende. Pero si no gustan sus ideas, no duda en cambiarlas por otras. Es el camaleón perfecto, que se adapta a cualquier situación y ambiente. No solo muda de color, sino también de discurso. Le gusta llevar corbatas, que igualmente se acomodan a sus entornos.
El mundo se ha llenado de impostores y nadie sabe cómo ha sido. Farage es el político que más hizo para conseguir el Brexit. Acumuló tantas mentiras que, tras lograr la separación del Reino Unido de la UE, reconoció que no había ni una sola verdad en su argumentario. Pero las mentiras son un bien superior cuando se trata de conseguir que los británicos se sientan orgullosos de serlo. Cinco años después de la ruptura, los ciudadanos del Reino Unido han reconocido que fue un gran error marcharse. Ni son más ricos, ni tienen mejores servicios, ni son más felices.
Farage quedó tercero en ‘Supervivientes’, pero lidera las encuestas en el Reino Unido
Pero el ser humano es el único animal que tropieza todas las veces que haga falta en la misma piedra y Farage, que se había retirado de la política, regresó viendo el fracaso del Partido Conservador. Y no solo ha triunfado en las elecciones locales del 1 de mayo, arrebatando centenares de concejales a los conservadores con su demagogia, que es el arte de decir a la gente lo que la gente quiere oír, aunque sea imposible.
Tiene respuestas para todo: si el Brexit ha salido mal, es por culpa de no haber negociado bien la salida. Si entran inmigrantes, es que no se defiende el Canal de la Mancha. Y si las clases trabajadoras lo pasan mal, es porque el primer ministro es un mal patriota.
Su partido, Reform UK, lidera las encuestas, aunque él solo pudo quedar tercero en el Supervivientes británico. Si Churchill levantara la cabeza, aplaudiría a la joven que le tiró un batido a la cara al salir de un pub. Fue el premier quien dijo que hay políticos que cambian de partido por el bien de sus principios; otros cambian de principios por el bien de sus partidos. Como Farage, of course.
