Calentar la olla a presión

FUTUROS IMPERFECTOS

Calentar la olla a presión
Consejero editorial

Mark Twain, cuyos libros son de obligada lectura en las escuelas estadounidenses por los valores que inspiran, escribió que el enojo es un ácido que puede hacer más daño al recipiente que lo almacena que a cualquier cosa sobre lo que se vierte. En las últimas horas, Isabel Díaz Ayuso, que es un mujer lista y que sabe administrar su cólera en dosis, habría sido apercibida por Twain, porque su sobredosis de radicalidad le ha llevado a un punto de no retorno en cuestiones que habrían merecido un momento de reflexión. A veces no es suficiente el diccionario de sinónimos para atacar sin ofender, ni basta con el argumentario del partido que puede haberlo redactado un propio con acidez de estómago o que se ha peleado con su pareja durante el desayuno.

undefined

   

Quique García / Efe

La presidenta madrileña tenía todo el derecho a rebelarse contra la conferencia de presidentes de Barcelona, porque a Pedro Sánchez no quiere darle ni agua, y a calificar al Gobierno socialista de mafia porque es la campaña que han decidido en Génova para desgastarlo, pero ha sido un disparate ausentarse de la reunión cada vez que se hablaba en otra lengua que no sea el castellano. ¿O es que el catalán, el euskera y el gallego no son idiomas oficiales según la Constitución? Y por qué llama golfada a ponerse un pinganillo, cuando en el Parlamento se utiliza desde hace dos años sin que nadie se tense.

Ayuso tiene el derecho a rebelarse contra Sánchez, pero no a hacer la guerra por unos pinganillos

Es posible que la razón última de la radicalidad de Ayuso en las últimas horas tenga que ver con su enojo por las decisiones judiciales de procesar a su pareja, Alberto González, por fraude fiscal y falsedad documental y por imputar a ex altos cargos de la Comunidad de Madrid, a causa de la gestión de las residencias durante la covid. Sería una explicación.

Lee también

Los monstruos de la razón

Màrius Carol
Calentar la olla a presión

Si se lo pide el cuerpo o el partido, Ayuso puede subir la temperatura de la olla a presión en que se ha convertido la política española, con la que el PP quiere cocer a Sánchez, pero no debería enredarse con las lenguas. Catalanes, vascos o gallegos hablan las suyas no para ofender a nadie, sino porque se las sienten propias. Haría bien el PP en controlar el fuego de la mencionada olla a presión porque, si no se regula, puede explotar. Y podríamos hacernos daño.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...