Lo bueno de la democracia representativa es que la ciudadanía nombra y paga a unas personas para que hagan lo que ella por sí misma no es capaz de hacer: informarse sobre temas técnicamente complejos, saber cuáles son los intereses, en ese tema, del grupo al que cada representante da voz, votar en nuestro nombre y explicarnos todo ese proceso en un lenguaje comprensible. No les estoy diciendo nada que no sepan, pero quiero darles un ejemplo de cómo funciona en nuestro país ahora mismo.

En estos días, ha habido dos reuniones de nuestros representantes políticos al más alto nivel: la conferencia de presidentes y la sesión de control del Congreso, en las que se han abordado muchos asuntos importantes. Procedo a citar algunos del orden del día, y a reproducir las frases que he escuchado y que formulan, supongo, las propuestas de cada grupo al respecto.
¡Qué gran cosa, ¿verdad?, es la democracia representativa!
Sobre rearme:
- “Su gobierno es un peligro para la democracia”.
- “La manifestación de ustedes del domingo fue un fracaso”.
Sobre inversiones en infraestructuras:
- “A usted ya no se la cree nadie. Usted no está capacitada para nada”.
- “Al final Sánchez va a acabar convocando las elecciones a palos”.
Sobre control de fronteras y política migratoria:
- Yo entiendo que usted está nerviosa, no da mucho más de sí, no se moleste”.
- “Señor Bolaños, no le veo buena cara”.
Sobre acceso a la vivienda:
- “Cuanto menos talento tienen ustedes, más arrogancia, más vanidad”.
- “Quizá el señor García Ortiz ha sido el siervo más dócil del puto amo, pero es una vergüenza nacional”
Sobre financiación de la dependencia:
- “Cuando más la conocen, señora Díaz, menos la votan”.
- “Lleva usted cuatro años mandando a los ministros a mentir por usted”.
Sobre seguridad en las redes:
- “¡Que se atreva usted a dar lecciones en Andalucía, después de haber robado 700 millones a los parados...! Hay que tener mucho cuajo, señora Montero”.
- “Vaya lío se ha montado usted en su pregunta, claro, meter el argumentario entero en la termomix, te puede salir una cosa indigerible”.
Sobre cómo evitar un nuevo apagón:
- “¿Es ético que el señor Feijóo se vaya de vacaciones con un narcotraficante?”.
- “¿Pretendes darle un beso a una asesina?”.
Y así, durante horas, días, años… ¡Qué gran cosa, ¿verdad?, es la democracia representativa!