Aunque el nuevo foco de rencores es la contribu ción española a la defen sa occidental, hoy me he levantado con ganas de ayudar a Pedro Sánchez. Por segunda vez en una semana creo que lo merece, porque, además de sus ímprobos esfuerzos por salvarnos de los fachas y los corruptos, en la reunión de la OTAN salvará “a la clase media trabajadora” de una subida de impuestos que no afectaría a los ricos –por eso no los citó el presidente– y quedó claro que quiere salvar también a su Gobierno y su benefactora presidencia. Por eso dijo a sus socios que su compromiso para arrancarles el sí de la investidura era más decisivo que cuanto digan Trump y otros gobernantes que no confían en Putin, creen en una nueva guerra mundial y, al revés que él, son insensibles ante un gasto social que habría que reducir si gastamos todo en drones, tanques y otras formas de molestar matando.

Ese es el nuevo tema, ya digo, inteligentemente provocado para olvidarnos de Ábalos y Cerdán. Pero yo no me quiero morir sin hacer llegar otra consideración a la Moncloa. Así que, mientras pido una extremaunción a la carta, le digo a su excelencia:
Sánchez debía haber dicho: la Guardia Civil quiere limpiar este país de corrupción
“A lo mejor, señor Sánchez, hubiera cambiado el panorama que usted sufre y nos hace sufrir a todos si el día 19 hubiera hecho otro discurso. Me explico: si, en vez de presentarse tan entristecido y casi lloroso, se hubiera presentado risueño, feliz y triunfante y con aire de triunfador. ¿Para decir qué? Para decir que el Estado existe, que el Estado funciona, que el Estado limpia, que el Estado domina y castiga la corrupción. La prueba es que la Guardia Civil, institución del Estado y más dependiente del Gobierno que los fiscales, ha prestado un nuevo y trascendental servicio a la sociedad. Como fruto de su denodado trabajo de investigación a lo largo de años, la UCO ha conseguido desmontar un foco de corrupción surgido en el seno del Partido Socialista. El presidente añadiría que quiso dar personalmente la excelente noticia, porque es la prueba evidente de que con su Gobierno ya no es posible la corrupción. La Guardia Civil, a sus órdenes, quiere limpiar este país”.
Mis lectores preguntarán si hablar así hubiera sido una grave manipulación. Sin duda. Una manipulación descarada y asquerosa. Y, por Dios, los gobiernos lo hacen todo. Todo, menos manipular.