¿Qué quieres ser de mayor? Es una pregunta por la que hemos pasado todos en un momento u otro de la infancia o la adolescencia. Quien lo tiene claro puede responder con una palabra citando a qué oficio desearía dedicarse, pero otros muchos dirán no lo sé o navegarán entre varias opciones.
El profesor de historia canadiense Bruce Farrer todos los cursos, desde finales de los años setenta, mandaba unos deberes curiosos a sus alumnos de catorce años. Les pedía que se escribieran una carta a ellos mismos en que hablarían, en diez páginas, sobre cómo eran en ese momento y cómo se veían dentro de veinte años.

Bruce Farrer
Una redacción de diez páginas no es moco de pavo. No es lo mismo que responder qué quieres ser de mayor. Para llenar diez páginas hay que pensar un poco más. Tenían un mes para escribir la carta a ti mismo. Debían entregar el texto en un sobre abierto, para que el profesor pudiera contar las páginas y prometía leer solo la primera. Se comprometía a enviarles la carta al cabo de veinte años allí donde estuvieran, haciendo de detective si era preciso.
El alumno se escribía una carta a él mismo y el profesor la enviaría dentro de veinte años
Esta historia la recoge muy bien narrada el documental El método Farrer de la directora Esther Morente, en el que aparecen Bruce Farrer, a sus 81 años, alumnos que recibieron su carta y compañeros del profesor.
Los alumnos muestran su admiración por el poco convencional profesor, que en cajas metódicamente etiquetadas había conservado sus recuerdos durante veinte años. Aparte de poder comprobar si se habían cumplido sus deseos de cara al futuro, podían reencontrarse emocionados con el adolescente que fueron.
Diez páginas hablando de ti mismo sabiendo que no las va a leer nadie dan para mucho. Nos encontramos con adolescentes enfadados, tristes, angustiados, que hablan de su familia y sus amigos, de deseos e ilusiones. Algunos hablan de amor, de la urgencia de que ese o esa les haga caso. A los catorce años no hay tiempo que perder, todo viene de un minuto. También los hay que hablan de cómo se sienten con su propio cuerpo.
El documental, de producción valenciana rodado en la localidad canadiense de Fort Qu'appelle, y que puede verse en Filmin, aparte de los testigos, recoge las peripecias de Farrer para entregar la última carta que le falta. Y es que la historia es memoria.