Vox, Iglesia, inmigración

EL PATIO DIGITAL

Antes las serpientes de verano informativas versaban sobre Gibraltar y la enésima incursión de una patrullera de la Royal Navy en aguas de soberanía española. Hoy esas serpientes estivales se han convertido en peligrosas cobras, portan veneno e, incluso, ya lo han inoculado en una parte de la población. Los reptiles se mueven por las redes sociales con facilidad y hay que extremar las precauciones.

Varias personas durante una manifestación contra la xenofobia, a 19 de julio de 2025, en Madrid (España). Diversas entidades antirracistas han convocado la concentración bajo el lema ‘Contra el terrorismo racista, comunidad antirracista’ para mostrar su rechazo ante la persecución de personas migrantes que está teniendo lugar en el municipio murciano de Torre Pacheco.

Varias personas durante una manifestación contra la xenofobia, a 19 de julio de 2025, en Madrid 

Jesús Hellín - Europa Press

¿Se puede ser católico y atacar la inmigración como lo está haciendo Vox? He aquí una de las cuestiones clave del debate de agosto de 2025. El partido de Santiago Abascal ha endurecido el discurso sobre una realidad que sus partidos hermanos llevan tiempo explotando en Francia, Italia o Alemania. Precisamente, una reciente encuesta ya sitúa a Alternativa por Alemania (AfD) en posición de 'sorpassar' a la CDU. El dicho dice que cuando las barbas de tu vecino veas cortar...

Ante una falta de respuesta contundente al discurso radical de Vox sobre la inmigración, la institución que más claro se está expresando durante estas semanas es la Iglesia. “Un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano”, advertía ayer el arzobispo de Tarragona y presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, Joan Planellas. Touché.

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El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene durante la presentación del programa económico y de vivienda de Vox, en el Auditorio Mutua Madrileña, a 29 de junio de 2025, en Madrid (España). Entre las iniciativas que Vox ha presentado se encuentra el recorte del gasto público en 200.000 millones de euros “sin tocar educación ni sanidad”.

La posición de Vox y, en concreto, de Abascal sobre los migrantes es, en efecto, absolutamente contraria a la doctrina católica, que acoge y da cobijo a quien lo necesita. Llama la atención que, en plena ofensiva del partido contra los inmigrantes, el propio Abascal haya difundido recientemente en las redes sociales una imagen en la que se observa que en su cuello porta, en una cadena, dos medallas de la Virgen y dos crucifijos. Hay formas curiosas de entender el cristianismo.

Antes que el obispo de Tarragona, fue la Conferencia Episcopal quien quiso recordar que la Constitución ampara los actos religiosos públicos. Los obispos fueron contundentes a la hora de posicionarse en el caso Jumilla, como también lo fue, unos días antes, el cura de Valdepeñas diciendo “a los temporeros las horas extra de las pagan y se les da de alta”. La homilía se hizo viral.

“Un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano”, advertía ayer el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas

En Torre-Pacheco se prendió la mecha de un discurso antiinmigración que cala entre una parte de la ciudadanía. Lo que resulta asombroso es observar cómo un concejal de Jumilla, que logró sólo 800 votos, ha podido fijar uno de los marcos de discusión nacional de estos días.

Una clave del voto a Vox es que es el partido con una fidelidad más alta. Nueve de cada diez personas que cogieron la papeleta del partido de Abascal en 2023 asegura que lo volvería hacer. Vox no para de crecer, robando votos a la barca que rema ideológicamente más cerca de ellos, el PP, pero también a quien se sitúa en el lado opuesto del estanque. Vox empieza a calar en clases medias y bajas, como lo hace Aliança Catalana. Por algo Abascal ha hecho campaña en el humilde barrio madrileño de Vallecas. Todo está muy estudiado.

¿Cómo hacer frente a este discurso? Nadie, salvo la Iglesia, ha dado con la tecla adecuada hasta el momento. Explicar que sin migrantes la economía española se pararía no es suficiente. La izquierda tiene, en este sentido, un problema. El portavoz de ERC se ha llevado el aplauso posteando “no los quieren rezando en el polideportivo del pueblo pero sí a 50 grados trabajando en los invernaderos del campo”. Pero hace falta algo más que un mensaje en redes sociales. Mientras, Vox sigue creciendo, surfeando la ola del malestar y preparándose para seguir condicionando las políticas del PP.

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