El mundo se enfrenta a horas decisivas, aunque las probabilidades de que se logre un acuerdo que ponga fin a la guerra en Ucrania son escasas. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto reunirse el viernes en Alaska con su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, para “tantear”, según sus palabras, las posibilidades de avanzar hacia la paz. Los principales dirigentes europeos, por iniciativa de Alemania, celebrarán hoy una conferencia telemática con Trump, en la que participará también el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, así como el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, para insistir al dirigente estadounidense sobre la posición de Ucrania y europea.
Esta conferencia con Trump, según se ha dicho desde la cancillería alemana, tiene como objetivo preparar las posibles negociaciones de paz, analizar todo lo referente a las reivindicaciones territoriales de Rusia, fijar las garantías de seguridad que deberían establecerse y, eventualmente, definir nuevas acciones de presión sobre Moscú.
La voluntad política de impulsar la paz o bien una tregua duradera, que apoyan también otras grandes potencias como China e India, no significa que sea posible un acuerdo. Las posiciones de Rusia y Ucrania están muy enfrentadas, no solo en el frente militar, también en sus planteamientos negociadores. En estos días previos a la cumbre entre Trump y Putin las tropas rusas han realizado nuevos ataques y han conquistado más territorios en la región de Donetsk. Zelenski denunció ayer mismo que Rusia no se prepara para poner fin a la guerra, sino que su ejército está a punto de lanzar nuevas ofensivas. Las tropas rusas, en la actualidad, ya controlan un 20% del territorio ucraniano.
Zelenski y los líderes europeos hablan hoy con Trump para insistirle en sus planteamientos
Zelenski y los dirigentes de los países europeos temen que
los eventuales acuerdos a los que puedan llegar Trump y Putin sean perjudiciales para Ucrania. El primero ha insistido, en las últimas horas, en que el posible acuerdo de paz deberá incluir intercambio de territorios. Tanto para el presidente ucraniano como para los líderes europeos, sin embargo, la cesión de territorios a Rusia, conquistados militarmente, sentaría un grave precedente.
Rusia no debería tener recompensa alguna por la brutal invasión de Ucrania. Pero Putin, ante las eventuales negociaciones de paz, reclama que Ucrania le ceda los territorios que su ejército ha ocupado en las regiones de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón, además de la península de Crimea que se anexionó en el 2014. Exige también que Ucrania renuncie a recibir armamento de Occidente y a cualquier acercamiento o adhesión a la OTAN. Todo ello es inaceptable para Ucrania y tampoco cuenta con la aprobación de la UE, pero ambas temen quedar al margen de lo que puedan acordar Trump y Putin.
Como paso previo a la conferencia telemática de hoy con Trump, los ministros de Asuntos Exteriores de 26 países comunitarios –todos a excepción de Hungría, afín a Rusia y que ha optado por mantenerse al margen– han suscrito un comunicado en el que agradecen los esfuerzos del presidente de EE.UU. para poner fin a la guerra, pero también le piden que la salida al conflicto proteja los intereses vitales de seguridad de Ucrania y de Europa. El pueblo ucraniano –han dicho– debe tener la libertad de decidir su futuro, ya que el camino hacia la paz en Ucrania no puede decidirse sin Ucrania. También afirman que una paz justa y duradera debe respetar el derecho internacional, incluidos los principios de independencia, soberanía e integridad territorial.
Rusia incrementa su ofensiva militar y gana posiciones en territorio ucraniano
El presidente español, Pedro Sánchez, tuiteó ayer que “la prioridad es poner fin a la guerra. Lograr una paz y una seguridad justas y duraderas para Ucrania”, pero no participará en la conferencia con Trump, pues solo se ha invitado a los líderes que ya firmaron un comunicado el domingo, los de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Finlandia, Polonia y la presidenta de la CE.
Trump prometió en campaña electoral acabar con la guerra de Ucrania en 24 horas si llegaba a la Casa Blanca, lo que, obviamente, no cumplió. Dice que lo ha intentado pero el caso es que Putin ha incrementado su ofensiva militar. El anuncio de la cumbre de ambos mandatarios en Alaska se produjo el día que expiraba el supuesto ultimátum que Trump dio al Kremlin para poner fin a la guerra. Trump y Putin no se han visto personalmente desde el 2019. Esta será una cita clave para definir el rumbo de la guerra, aunque analistas rusos mantienen que no se hablará solo de esta cuestión. Es muy difícil cuadrar los intereses de todas las partes implicadas. En cualquier caso, unos y otros deben hacer lo imposible para avanzar hacia la paz y frenar la sangría de muerte y destrucción en Ucrania.