Cortes ferroviarios

En los próximos meses, los usuarios de Rodalies deberán proveerse de la última dosis de paciencia que les queda para afrontar una serie de cortes del servicio que pondrán a prueba, una vez más, su infinita capacidad de resistencia. En esta ocasión, sin embargo, los inconvenientes tienen una justificación sólida. Serán molestos, qué duda cabe, pero servirán para mejorar por fin un sistema altamente deficitario por culpa de la falta de inversión y de mantenimientos acumulada desde hace no ya años, sino algunas décadas. Antes de finalizar este año están previstas alteraciones de la circulación por obras en cinco puntos de la red ferroviaria, desde Garraf hasta Portbou, incluidos los de esa R3 que atisba por fin una luz al final del túnel. Dando por hecho que esas obras son nece­sarias, cabe esperar que los planes alternativos de transporte funcionen con la máxima eficacia posible y también que una buena información
–esa asignatura aún pendiente– ayude a los pasajeros a sobrellevar la nueva situación.

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