Cómo frenar a Putin

Cómo frenar a Putin
Director de La Vanguardia

Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó ayer en la sede de la ONU que su país “nunca ha tenido intención de atacar a la UE o a la OTAN” y acusa a Europa de doble rasero. Los drones que estas últimas semanas han aparecido en Polonia o Rumanía, los problemas sufridos en distintos aeropuertos europeos o el asalto a una delegación de la UE en Kyiv deben de ser errores casuales de los que Vladímir Putin no tiene nada que ver. Lo de la acusación de doble rasero no dejaría de ser gracioso si no hubiera una guerra en Ucrania y tantas pruebas que señalan a Rusia como causante de la guerra híbrida.

En la web oficial del Consejo de Europa se detallan con precisión los diferentes paquetes de sanciones adoptados por la UE en contra de Rusia por la guerra en Ucrania. Ya hay contabilizados un total de 19, que van desde sanciones contra personas y entidades, restricciones a la exportación de productos rusos o prohibición de importaciones de gas licuado. Es la respuesta europea al desafío ruso.

Hay quien defiende que esta estrategia es la buena y que la economía rusa se está ya resintiendo. En todo caso, lo hace lentamente: según los datos de la OCDE del 2024, Rusia creció un 4,3% frente al 1,1% de Francia y Gran Bretaña y el decrecimiento de un 0,5% de Alemania. También existen 180.000 millones de euros inmovilizados de activos rusos, pero tal como informa hoy nuestra corresponsal en Bruselas, Anna Buj, hay muchas dudas sobre si utilizar o no este dinero ante posibles represalias jurídicas.

La prudencia y la habitual lentitud en la toma de decisiones de la gobernanza europea provoca cada vez más controversias, sobre todo si se compara con la osadía y prepotencia con la que actúa Rusia. Hoy también les recomiendo la entrevista que Lluís Uría ha realizado al eurodiputado francés y líder del partido Plaza Pública, Raphaël Glucksmann, que considera que la debilidad de Europa ante Rusia “es una invitación a la agresión”. Estremece su afirmación de que los europeos no nos sentiremos realmente amenazados por Putin “hasta que los rusos no hayan arrasado Varsovia”. Igual es una exageración, pero Rusia está dando ya suficientes pasos para que nos tomemos en serio su amenaza.

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