La Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos desalojaron ayer un edificio ocupado del antiguo recinto fabril de La Escocesa, en Poblenou, alegando razones de seguridad, ya que la estructura del inmueble se encuentra muy dañada. El caso de La Escocesa pone de manifiesto un nuevo problema social, pero evidencia también, y no es la primera vez, los errores de la Administración cuando, al querer evitar posibles daños, acaba generando situaciones aún más negativas que las de salida.
Peor el remedio que la enfermedad. Hace ya ocho años, en el primer mandato de la alcaldesa Ada Colau, los entonces socios de gobierno en el Ayuntamiento Janet Sanz y Jaume Collboni anunciaron a bombo y platillo la adquisición de ese recinto para frenar la construcción de unas viviendas de alto standing y levantar en su lugar pisos sociales. Sin embargo, aquellos planes, que quizás ahora se reactiven por fin, quedaron en papel mojado y La Escocesa se fue degradando a marchas forzadas sin que nadie pusiera remedio.
El ejemplo de La Escocesa
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