BBVA y Banc Sabadell seguirán cada uno su propio camino. Las dos son entidades financieras sólidas, bien gestionadas, rentables y que prestan un buen servicio a sus clientes. El fracaso de la oferta pública de acciones (opa) del primero sobre el segundo deja las cosas prácticamente como estaban hace diecisiete meses, antes de que se iniciase la larga y dura batalla financiera que ha enfrentado a ambos bancos. En el camino, los equipos directivos de uno y otro han acumulado un gran desgaste para ofrecer lo mejor de sí mismos y, finalmente, han sido los accionistas del Banc Sabadell los que libremente han apostado por mantener la independencia de la entidad vallesana.
Tan solo una cuarta parte de los accionistas de Banc Sabadell han aceptado vender sus títulos al BBVA. Este resultado tan bajo deja la opa sin efecto, según ha dictaminado el árbitro bursátil, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Nadie en el sector financiero, ni tampoco el BBVA ni Banc Sabadell, esperaban una aceptación tan reducida. ¿Qué ha pasado? Probablemente la principal razón haya sido que el precio ofrecido por el BBVA para la compra de las acciones no ha sido lo suficientemente atractivo, ya que ha estado por debajo de lo que realmente vale Banc Sabadell y de sus proyecciones de futuro. Esta es una tesis. Otra posibilidad es que muchos accionistas hayan decidido no vender ahora en espera de que el BBVA presentase una segunda opa a un precio mayor. Para que ello sucediera, sin embargo, era preciso haber conseguido ahora más del 30% del capital de Banc Sabadell. No ha sido así. Se ha quedado en el 25,47% del total y se ha frustrado dicha expectativa.
Buena acogida política y empresarial al fracaso de la opa del BBVA tras lograr solo el 25,5% de aceptación
La tesis más romántica, y que se complementaría con las otras dos, es que por encima del dinero haya prevalecido la fidelidad de los accionistas de Banc Sabadell a su entidad, así como la confianza en el plan estratégico de su equipo directivo. Hay que tener en cuenta que la mayoría de accionistas de Banc Sabadell tiene un elevado sentido de pertenencia al mismo por tradición histórica y comparte, asimismo, la voluntad de independencia que mantiene desde su fundación. A lo largo de la historia han sido muchos los intentos de los grandes bancos nacionales por quedarse Banc Sabadell. Ninguno lo ha conseguido. Tampoco ahora.
Nunca una opa, por lo demás, había suscitado un rechazo tan general y contundente del mundo empresarial. La práctica mayoría de las asociaciones empresariales de Catalunya y de la Comunidad Valenciana, donde Banc Sabadell está más implantado, se movilizaron desde el principio contra la pretensión de BBVA de absorber el banco catalán en su estructura y fusionarse en una única entidad. Para los empresarios, ello habría supuesto limitar la competencia bancaria en España, ya muy restringida, y fundamentalmente, la desaparición de una entidad como Banc Sabadell, que está orientada primordialmente hacia la financiación de las pequeñas y medianas empresas.
Tampoco ha contado nunca el BBVA con el apoyo de los gobiernos autonómicos ni con el del Gobierno central. Para la Generalitat, la absorción de Banc Sabadell por el BBVA habría supuesto una considerable pérdida de poder financiero para Catalunya y por eso se posicionó en contra también desde el primer momento. Pese a ello , como ha afirmado el president Illa, BBVA y Banc Sabadell no son excluyentes, sino necesarios ambos para generar progreso y prosperidad en el país.
Las acciones del banco vallesano se desploman en bolsa en una reacción que ya era la esperada
El Gobierno central, por su parte, mostró su rechazo a dicha operación por temor a una excesiva concentración bancaria que redujera la competencia y la libertad de mercado. La presión política de Junts –su imprescindible socio parlamentario– también influyó para que el Ministerio de Economía fuese muy rígido en las condiciones exigidas al BBVA para darle su preceptiva autorización a llevar adelante la operación.
No es extraño, por tanto, que el fracaso de la opa del BBVA sobre Banc Sabadell fuese ayer celebrado por todos los directivos de este banco, por el mundo económico-empresarial de Catalunya y valenciano, por la Generalitat de Illa y por el Gobierno de Pedro Sánchez. La reacción de los accionistas de Banc Sabadell, en cambio, fue agridulce ya que vieron como sus acciones se desplomaron en bolsa. Cabe pensar que eso sea, como se esperaba, una reacción coyuntural al desaparecer la presión alcista que ejercía la opa del BBVA (que sí subió porque se ahorró el gasto de la operación). Corresponde ahora a los directivos de Banc Sabadell apostar a fondo por recuperar el valor de sus acciones y demostrar que, efectivamente, su independencia en solitario era y es el mejor camino de futuro. En ese camino, además, deberán proteger su banco de nuevas opas por la vía de ganar más tamaño, tanto en España como en el extranjero.