“Nos planteamos superar al PP y al PSOE”, proclamó Santiago Abascal en la entrevista publicada por La Vanguardia el pasado domingo. Toda una declaración de intenciones que recuerda al escenario surgido del 15-M. Entonces Podemos estuvo a punto de sorpassar al PSOE. Hoy ese escenario está lejos en la derecha, pero la tendencia al alza de Vox es clara. PP y Vox se necesitan, pero también compiten entre sí. En esa contienda la derecha decide su rumbo para los próximos años.
Feijóo y Abascal se saludan en el Congreso en septiembre de 2023
Las declaraciones de Abascal han corrido como la pólvora en las redes sociales, el terreno que lleva abonando Vox desde hace años y que es su principal altavoz. Vox surfea la ola del malestar y no para de crecer, aspirando a lo que ya han logrado sus aliados pasando los Pirineos. La situación de la derecha en España es única en la Europa demoscópica en este momento. En el Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, el tradicional partido del centroderecha ya ha sido superado en los sondeos por una formación a su derecha. Vox aspira a imitar a Le Pen, Meloni o Alice Weidel (Alternativa por Alemania), aprovechando los vientos que soplan desde el otro lado del Atlántico y que azuza Trump. Habrá que ver la influencia de las redes sociales en las nuevas contiendas electorales.
🔴 @Santi_ABASCAL sobre VOX:
— Bipartidismo Stream (@Bipartidismo_) November 9, 2025
"Nos planteamos superar al PP y al PSOE. No somos el relevo del PP, somos una opción nueva para los españoles".
"Nos vota gente que votó PP, PSOE y otras fuerzas de izquierda, abstencionistas y muchos jóvenes que votan por primera vez". pic.twitter.com/qVAEjsPlge
El PP haría mal en repetir los errores del 2023, cuando se confió en exceso y vendió la piel del oso con antelación. Hace unas semanas, la estrategia pasaba por ir convocando elecciones en cascada: Extremadura, Castilla y León, Andalucía, Aragón. E ir erosionando territorio a territorio la figura de Pedro Sánchez.
Pero, de repente, emergió el factor Mazón, que ha trastocado todo. El funeral de Estado a las víctimas de la dana cambió el escenario. Mazón erosiona al PP, cada día que pasa más, y también erosiona a Feijóo. Ayer Génova dio el mensaje de que era el propio Feijóo quien elegía a Juan Francisco Pérez Llorca como sucesor. Pero Feijóo y el PP siguen en manos de Vox, que decidirán el futuro de la Generalitat Valenciana y, por extensión, de la relación de dos partidos condenados a entenderse. PP y Vox deberán concretar si son rivales o enemigos. Abascal lo tiene claro: el PP es su enemigo y en los próximos días también concretará su influencia sobre Feijóo.
La Comunidad Valenciana marcará un precedente. Los pactos, o no, en las Corts influirán en otros territorios, como ya hizo la investidura exprés de Mazón en el 2023. Vox pide poner pie en pared ante el Pacto Verde europeo y endurecer la política migratoria. No son, precisamente, competencias autonómicas, lo que demuestra que la diana de Abascal está en la política estatal. Pero la política regional y local tiene implicaciones nacionales. Este verano se vio en Torre Pacheco y Jumilla, dos escenarios que también sirvieron a Vox para crecer.
Defiende Jesús Fernández-Villaverde que Vox se juega más en Getafe que en el barrio de Salamanca. También se podría afirmar que Vox se juega más en Sabadell que en Pedralbes. Es así. La derecha a la derecha del PP quiere subir entre clases medias y bajas. El nuevo portavoz adjunto de Vox, Carlos H. Quero, arremetía hace unos días contra la presidenta de la Comunidad de Madrid asegurando que “Ayuso niega la vivienda a los españoles” mientras favorece fiscalmente a los extranjeros.
El acontecimiento más interesante de la semana en Madrid ha sido la aparición en escena de Carlos H. Quero, ahora portavoz adjunto de Vox en el Congreso.
— Esteban Hernández (@HdezEsteban) November 9, 2025
Del mismo modo que la España Vaciada se convirtió en un tema recurrente, Hernández Quero apunta a otra periferia, la España…
El PP, en definitiva, afronta una nueva escisión tras sufrir hace unos años la irrupción de Ciudadanos. Hoy ese partido es historia y Vox se fija en esa historia para no caer en los mismos errores. Asimilación del discurso o frenar al enemigo, he ahí la cuestión. No hay partido de centroderecha en Europa que haya dado aún con la tecla.
