Hay ocasiones en las que un buen libro o una buena película nos han decepcionado porque nos habíamos creado unas grandes expectativas sobre su contenido que después no se han cumplido. Mi abuelo siempre me decía que es bueno no hacerse demasiadas ilusiones sobre lo que nos deparará el futuro para evitar después sorpresas desagradables.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, anunció ayer que presentará a principios del próximo año su proyecto de presupuestos generales del Estado y dijo que su voluntad es que sean “atractivos para todos”, de modo que ninguno de los grupos de la mayoría de la investidura que apoyó a Pedro Sánchez “se pueda resistir a aprobarlos”. Y con este ánimo optimista añadió que, si la causa judicial de Carles Puigdemont se resuelve a primeros de año, se podría abrir “una ventana de oportunidad” para que los presupuestos sean aprobados.
Dar por hecho que el líder de Junts pueda regresar a Catalunya sin problemas es ya una hipótesis que está por verse. Y pensar que ello significaría que Junts se alinearía más fácilmente a votar en el grupo de la mayoría es ya otra variable aún más volátil. La realidad es que Puigdemont se siente defraudado y engañado por el Gobierno socialista y se mantiene en una posición de rechazo a cualquier iniciativa que parta del Ejecutivo.
Que su retorno es más probable hoy después del informe del abogado general de la UE sí es una realidad palpable, y por este motivo Junts ha llevado a cabo una reestructuración de su organigrama situando a Albert Batet como adjunto al president para que organice la estrategia de su vuelta. Pero en Junts tienen claro que su relación con el PSOE no cambiará por el lugar de residencia donde esté Puigdemont. En Waterloo afirman que cambiaron “amnistía” por “investidura” y nunca por “legislatura”. Y que las reuniones en Ginebra con el mediador internacional terminaron muy mal.
Este es el contexto. El Gobierno tiene deberes pendientes para recuperar la confianza de Junts y haría bien en no crearse demasiadas expectativas. Hagan caso a mi abuelo.