El partido amistoso entre las selecciones de Palestina y Catalunya del pasado martes en Montjuïc se celebró entre fuertes medidas de seguridad y resultó un éxito. Los jugadores palestinos venían del País Vasco, donde habían jugado otro amistoso contra el combinado de Euskadi. Aunque el encuentro fue una fiesta, la visita palestina generó otro trabajo extra a los Mossos. El mismo día del amistoso en Barcelona, y en horas paralelas, el conjunto israelí de baloncesto Unet Holon aterrizaba en el aeropuerto de El Prat y entrenaba —también entre grandes medidas de seguridad— en el Olímpic de Badalona. El antes llamado Hapoel Holon jugó (y perdió) el miércoles contra el Joventut un partido de la Champions League de baloncesto. El encuentro se disputó a puerta cerrada. Ambos equipos, los israelíes y los palestinos, coincidieron varias horas a apenas a 20 kilómetros de distancia, rodeados de agentes que velaban por su seguridad. Pese a la cercanía, ambas expediciones no llegaron siquiera a intuirse.
Trabajo extra para los Mossos
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