Los watsaps entregados por la exconsellera Salomé Pradas a la jueza que investiga la tragedia de la dana confirman la actitud negligente y pasiva que adoptó Carlos Mazón en aquella fatídica jornada. No hace falta especular más sobre donde estuvo, ni que hizo, ni que dejó de hacer. A las 13.30 horas, era plenamente consciente de la situación de riesgo que se vivía en su comunidad, ya que respondió con un “cojonudo” al mensaje que Pradas le transmitió sobre la situación preocupante que había en el barranco del Poyo y el río Magro. Esta exconsellera y mando único de la emergencia, también advirtió a las 16.28 horas de la tarde a José Manuel Cuenca, jefe de gabinete de Mazón, de la confirmación de un fallecido en Utiel. Este alto cargo le reenvió a Pradas un mensaje del expresidente valenciano que se limitaba a decir: “Igual a las 19 h vamos a 112”. Por 112 se entiende el centro de coordinación de las emergencias, el Cecopi.
Pradas, que fue cesada de su cargo por los errores de gestión de la dana, no quiere ser el chivo expiatorio de este caso y por eso ha facilitado a la jueza estos mensajes, acreditados en una notaría, para clarificar al máximo lo que sucedió aquel día.
Estos watsaps confirman también como hasta en cinco ocasiones la mano derecha de Mazón frenó a Pradas para que no confinara a la población cuando la situación comenzaba a ser insostenible. La exconsellera insistió en un watsap de las 20.09 horas que la Generalitat podía decretar el confinamiento por la ley de emergencias. Cuenca le contestó seis minutos después: “Ya llega el presidente. Quítate eso (el confinamiento) de la cabeza. Tranquila, che”. Poco tiempo después, a las 20.28 horas, Mazón llegaba por fin al Cecopi.
Estas revelaciones deberían hacer reflexionar al Partido Popular sobre la conveniencia de mantener a Mazón como presidente autonómico del partido –aún lo sigue siendo– y como diputado de las Corts, privilegio que le permite ser aforado. Por respeto a las víctimas, Mazón debería dar un paso más y dimitir de todos sus cargos. Su sustituto en la Generalitat, Juanfran Pérez Llorca, ha demostrado tener una empatía con las víctimas de la que aquel carecía. No estaría de más que, aparte de sus buenas palabras, hiciera un acto de justicia forzando la salida de Mazón.