La continuidad de la actual legislatura en España depende hoy por hoy de los trabajos de investigación que están haciendo unidades como la UCO o la UDEF en búsqueda de pruebas que delimiten los tentáculos de la trama que afecta a exdirigentes del PSOE. Mientras la presunta corrupción –nadie ha sido juzgado aún– se acote a José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García, como ha defendido Pedro Sánchez, el Gobierno puede seguir vivo pese al desgaste evidente que han provocado sus detenciones. El problema para el PSOE es que ya empiezan a involucrarse a nuevos actores con un alto nivel de responsabilidad.
El caso más llamativo es el de Vicente Fernández, que fue pre-
sidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales
(SEPI), la joya estratégica de la corona por las inversiones que realiza en sectores económicos clave. Fernández, que fue detenido el martes, movía más de 3.000 millones de euros de presupuesto. Es significativo que uno de los destinos posteriores que tuvo, tras la SEPI, fue trabajar en Servinabar 2000, la empresa vinculada a Cerdán y cuyo propietario, Antxon Alonso, fue detenido también esta semana. El citado Fernández ha acumulado en pocos años un patrimonio inmobiliario de más de 10 millones de euros.
A través de la SEPI, la trama podía tener acceso a muchos organismos gubernamentales, y por esta razón agentes de la Guardia Civil se personaron ayer en la sede de Correos y de otras entidades que dependen de los ministerios de Hacienda y de Transición Ecológica en búsqueda de nuevas pruebas. Tras la salida de Fernández, la SEPI estuvo dos años sin presidente y en ese plazo de tiempo se concedió, desde este organismo, el polémico rescate de 53 millones de euros a la compañía aérea Plus Ultra, que está siendo investigada ahora por blanquear un préstamo de oro venezolano.
La trama dominaba un ministerio como el de Transportes, con toda la obra pública que ello supone, y la SEPI. Dos golosinas muy suculentas. Si a esta realidad se suman los intereses de tantos sectores para que Sánchez caiga y convoque elecciones, se puede concluir que el líder socialista necesita algo más que su manual de resistencia.