El Reino Unido vuelve al Erasmus

Desde que el laborista Keir Starmer ganó por una amplia mayoría absoluta las elecciones en el Reino Unido en julio del 2024, no ha dejado de hacer declaraciones y dar pasos encaminados a un paulatino acercamiento a la Unión Europea, tras años de tensiones relacionadas con el Brexit entre el organismo europeo y los anteriores gobiernos conservadores británicos.

Transcurridos más de nueve años del referéndum del Brexit y seis desde que se hizo oficial, ese proceso de reencuentro entre Londres y Bruselas vivió ayer un nuevo paso con el anuncio de que el Reino Unido se reincorporará al programa europeo de intercambio estudiantil Erasmus a partir del año 2027, más de un lustro después de haberse desvinculado tras la culminación del Brexit y, insistimos, como parte de las medidas del restablecimiento de lazos del Gobierno británico con la Unión Europea.

Además del retorno al programa de intercambio, el Reino Unido y la Unión Europea también han acordado iniciar negociaciones sobre la integración del mercado eléctrico y han fijado una fecha límite para finalizar un acuerdo comercial sobre alimentos y bebidas y la vinculación de los mercados de carbono el próximo año.

Todo ello forma parte de una renovada asociación estratégica que ambas partes quieren establecer en los campos en los que tienen intereses comunes. El Ejecutivo de Starmer señaló que este programa Erasmus –que tendrá un coste de unos 650 millones de euros– ampliará las oportunidades para que jóvenes de todos los orígenes, estudiantes y personal educativo, juvenil y deportivo estudien y se formen en el extranjero. A su vez, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que se trata de un “paso adelante” en la mencionada asociación estratégica entre Bruselas y Londres.

El país se reincorporará en el 2027 al programa de la Unión Europea de intercambio de estudiantes

El Brexit supuso, entre otras muchas sacudidas, una ruptura relevante en la cooperación educativa británico-europea. Gracias al acuerdo ahora alcanzado, los alumnos del Reino Unido podrán participar en prácticas de formación profesional e intercambios de estudios en universidades en toda la UE, bajo el programa Erasmus+, a partir de enero del 2027, y se establece una exención de tarifas internacionales para los estudiantes europeos que vayan al Reino Unido con el programa Erasmus, que pagarían el equivalente a los precios nacionales. De este modo, la matrícula anual para un estudiante comunitario en una universidad británica será de unos 11.000 euros.

Tras salir el país del programa Erasmus, el Gobierno británico creó el esquema Turing, un programa de movilidad global que permite a los estudiantes británicos viajar a más de 150 destinos. Pero ese programa no ofrece un mecanismo de financiación recíproco y directo para los estudiantes de la UE que deseen ir al Reino Unido, y es una incógnita si el programa Turing se mantendrá.

El progresivo acercamiento del Reino Unido a la UE obedece a pragmáticas razones políticas y estratégicas. Viendo las consecuencias del Brexit y la llegada de Trump a la Casa Blanca, el Gobierno laborista británico ha optado por tratar de recuperar las mejores relaciones posibles con la UE –a lo que sin duda ha contribuido también la posición británica de claro respaldo a Ucrania–, si bien desde el primer momento Starmer dejó claro que no existe propósito ni intención alguna de que el Reino Unido regrese al seno de la UE ni al mercado único ni a la unión aduanera.

El Gobierno de Starmer da pasos para recuperar las relaciones con la UE después del Brexit

El pasado mes de mayo la Unión Europea y el Reino Unido celebraron en Londres una cumbre –que ambas partes bautizaron como “el comienzo de una nueva era”– en la que pactaron ajustes en su relación bilateral para aliviar los efectos del Brexit, y uno de esos ajustes era el regreso del Reino Unido al programa de intercambio estudiantil, además de un acuerdo pesquero para doce años, el compromiso de aligerar los controles de productos de comida y bebida en la frontera (Londres aceptaba las reglas de Bruselas) y más cooperación en defensa. En este último punto, Europa necesita a la única potencia nuclear que hay en el continente aparte de Francia, en especial después de comprobar cómo, tras la amenaza rusa, Washington se desentiende de la seguridad europea.

Londres y Bruselas han decidido abrir una nueva etapa impulsados por los cambios en el orden global. Han acercado posiciones y han repensado sus vínculos comerciales ante la política arancelaria de Trump. Ambas partes creen que lo oportuno ahora es reconstruir la confianza en el actual contexto de inestabilidad mundial. El divorcio no tiene vuelta atrás, pero Bruselas y Londres pueden trabajar juntos para afrontar los problemas comunes. Ambas partes tienen claro que es el momento del pragmatismo y de pasar página del Brexit.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...