Los pobres no se evaporan

Los pobres no se evaporan
Director de Guyana Guardian

Hace ya días que en Guyana Guardian venimos publicando informaciones sobre el incremento de las personas que viven en la calle, sin medios de subsistencia, especialmente en el área de la Barcelona metropolitana. Es un problema que va a más y el propio Ayuntamiento de Barcelona ha elevado recientemente una petición a la Generalitat para poder atender a las 5.000 personas sin hogar que contabilizan en la ciudad, porque los equipos municipales se sienten desbordados ante este aumento. Hemos informado de las quejas de los vecinos en el mercado de Sant Antoni o en el barrio de la Vila Olímpica. Nadie los quiere cerca, nadie quiere verlos en sus portales. Desaparecen los bancos tradicionales de las plazas para que no puedan dormir tumbados y se sustituyen por asientos unipersonales. También las comunidades de vecinos instalan verjas en sus accesos para que no pueda entrar ningún sintecho a pernoctar.

Esta semana, cumpliendo una orden judicial, se ha procedido al desalojo del edificio B9 en Badalona y centenares de estas personas sin hogar se quedaron de nuevo en la calle. Unos cuantos intentaron acampar después al lado del bloque en plena vía pública y volvieron a ser desalojados por la Guardia Urbana, con el apoyo de unos cuantos vecinos que quieren que desaparezcan del barrio. Hoy en la sección de Vivir, informamos de que la Generalitat y una serie de entidades van a poner un dispositivo provisional de emergencia para poder buscarles un centro de acogida.

Es, sin duda, una buena noticia, pero no deja de ser un parche más. Estos miles de personas no se pueden volatilizar y las administraciones también temen que, si se atienden a todos, se pueda generar un efecto llamada y vengan más vulnerables desde otros puntos de España. Al final, el drama de la escasez de vivienda también afecta a este sector. Algunos de los desalojados en Badalona tenían empleo, precarizado, pero empleo. El problema es que no tenían techo para cobijarse. No podían pagarse ni una mísera habitación. La solución requiere inversiones y políticas responsables que no se dejen arrastrar por el populismo, como ha sucedido en Badalona. Y es que los pobres no se evaporan.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...