Vamos todo el día pendientes del móvil. ¿Dónde ha quedado eso de hablar entre nosotros o en el caso de ir solo dedicar el tiempo que dura nuestro trayecto para pensar y desconectar? ¿Por qué siempre tenemos la necesidad de tener una distracción? ¿No sabemos estar sin hacer nada?
Este escenario nos lo encontramos tanto en el autobús como en cualquier lugar. Estemos donde estemos siempre buscamos sumergirnos en alguna distracción.
¿No nos damos cuenta de que los dispositivos móviles y las nuevas tecnologías en general nos están consumiendo? ¿Que somos nosotros los que lo permitimos y nos dejamos absorber sin oponernos?
Marina Vargas López
Viladecans
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