Rebeldes, insurgentes, milicias, es como definen a los grupos que han derrocado a Bashar el Asad, cuyo único nexo es que el enemigo era él mismo; hemos visto esta película repetidas veces a lo largo de la historia: gente que a millares sale alborozada a las calles a jalear a sus dizque libertadores, disparan al aire, derriban estatuas del derrocado, provocan incendios, se llevan a cabo ejecuciones sumarias, saqueos. Veremos en breve como surgen disensos entre los vencedores e incluso traiciones; el grupo más fuerte y fundamentalista se hará con el poder hasta alcanzar el acmé. Un poder omnímodo implantando un régimen rigorista desarrollado por una casta teocrática cuyo único lenguaje será la sangre, el fuego y la represión. El pueblo sirio seguirá siendo pisoteado, solo cambiará la bota que lo mantendrá bajo su férula.
Quo vadis, Siria? ¿Adónde te llevan? No nos engañemos con espejismos.
Francisco Javier Sáenz Martínez
Lasarte-Oria (Gipuzkoa)