Ahí va una solución por una triple vía para acabar con la crisis de la vivienda: construir vivienda pública a mansalva en plazos eficaces y con un grado de protección irrevocable en el tiempo; blindar la propiedad privada ante impagos y ocupaciones, derivando los conflictos al parque de vivienda pública, y restringir taxativamente la vivienda turística a contadísimos ámbitos y con estrictos controles. Todo lo demás es humo. Y un último apunte: el futuro de las grandes ciudades es vertical. No tiene sentido construir nuevos barrios enormes, salpicados de solares, mal dotados de transporte, que obligan a coger el coche para ir a todas partes. ¿Y si probáramos a crecer en vertical y en círculos concéntricos en torno a paradas de metro y cercanías? Mucha gente no se vería obligada a vivir lejos y donde no quiere vivir.
Jaime Tello García
Arganda del Rey