Cada día, miles de ciudadanos dependemos del tren para desplazarnos al trabajo, estudiar o llevar a cabo nuestras actividades diarias, pero los constantes retrasos, las cancelaciones inesperadas y la falta de coordinación horaria dificultan enormemente la movilidad. Además, la saturación en horas punta hace que viajar en condiciones dignas sea casi imposible. Esta realidad no solo afecta a nuestra calidad de vida, sino que también desincentiva el uso del transporte público, contradiciendo los objetivos de sostenibilidad de la ciudad. Es urgente que las autoridades mejoren la planificación y la gestión de los trenes y den un servicio puntual.
Joan Medina
Montcada i Reixac
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