Ser madre y llevar una pequeña empresa es un reto constante, pero la baja por maternidad es, sin duda, una de las mayores pruebas. Mientras tú das vida, el negocio parece quedar en pausa, como si ser madre te apartara de todo. ¿Apoyo real? Casi inexistente. El sistema no entiende que detrás de muchas empresas pequeñas hay mujeres que no pueden permitirse parar. La maternidad no debería ser un obstáculo. Necesitamos un cambio: medidas que nos respalden sin poner en peligro lo que con tanto esfuerzo hemos construido. Porque ser madre no es dejar de ser empresaria, es luchar por un equilibrio justo. A todas las madres emprendedoras: no estamos solas. Sigamos alzando la voz.
Laura Sanquiquel
Manresa